Barack Obama reconoció hoy que, pese al carácter histórico que representó su elección como primer mandatario afroamericano de EU, el racismo sigue vivo en el país y queda "más trabajo por hacer" para eliminar los prejuicios contra las minorías y los inmigrantes.
"Después de mi elección, se habló mucho de un Estados Unidos posracial. Esa visión, aunque bienintencionada, nunca fue realista. Porque la raza sigue siendo una fuerza potente y a menudo divisoria en nuestra sociedad", dijo Obama en su último discurso como presidente de Estados Unidos, pronunciado en Chicago, la ciudad donde dio el salto a la política.
"En el futuro, debemos mantener las leyes contra la discriminación -en los empleos, en la vivienda, en la educación y en el sistema de justicia penal. Eso es lo que nuestra Constitución e ideales más altos requieren. Pero las leyes no serán suficientes, los corazones deben cambiar, pero la actitud social toma años en cambiar.
"Pero entonces cada uno de nosotros debemos seguir el consejo del personaje americano de ficción Atticus Finch: “No comprendes realmente a una persona hasta que ves las cosas desde su perspectiva. Hasta que te metes en su piel y te mueves con ella.”
Con información de EFE