El primer ministro italiano, Matteo Renzi, anunció esta noche el fin de su gobierno, y dijo que el lunes presentará su dimisión al presidente de la República, Sergio Mattarella.
En un discurso por televisión poco después de la medianoche del mismo domingo, Renzi hizo anuncio, ante los resultados del referéndum de este domingo, en que sus compatriotas dijeron “No” a su propuesta de reformas constitucionales.
Renzi asumió la responsabilidad por la derrota, cuando ya todos los sondeos, aunque no los datos definitivos, daban por ganador al “No” por un amplio margen.
“Asumo todas las responsabilidades por la derrota. Quería reducir el número de poltronas (en el Senado), pero la poltrona que se va es la mía”, dijo el aún jefe de gobierno, de 41 años de edad, visiblemente emocionado.
Anunció que convocará la tarde de este lunes a una reunión del Consejo de Ministros para agradecer a su equipo, y luego irá ante el presidente de la República, Sergio Mattarella, a presentar su renuncia.
“Entregaré mi dimisión en manos del presidente Mattarella”, señaló, tras reconocer que “el ‘No’ ganó de una manera neta”, y agradecer a su equipo y a todos los que trabajaron en el comité del “Sí”.
“Yo he perdido, en una Italia en la que nadie acepta perder. Yo no soy así, soy diferente. No he logrado llevar (la campaña) a la victoria, por lo que la experiencia de mi gobierno termina aquí”, añadió.
Según los sondeos que empezaron a difundirse en punto de las 23:00 horas locales (21:00 GMT), cuando cerraron las urnas, el “No” ganó con una votación que podría llegar al 60 por ciento, frente al “Sí”, que sumaría entre 40 y 44 por ciento.
De igual modo, los representantes de los partidos de oposición pidieron la renuncia de Renzi, que llegó al gobierno en febrero de 2014 sin pasar por las urnas, y gracias a una maniobra "palaciega", tras derribar al Ejecutivo de Enrico Letta, de su mismo partido.
Los italianos fueron convocados para decir “Sí” o “No” a las reformas propuestas por Renzi para poner fin al bicameralismo paritario, donde el Senado y Diputados tienen los mismos poderes.
La propuesta preveía disminuir las funciones del Senado, que se convertiría en un órgano de representación territorial sin capacidad de dar o negar su voto de confianza al Ejecutivo.
La propuesta también contemplaba reducir el número de senadores, de los actuales 315 a 95, que ya no serían elegidos por voto directo de los ciudadanos, sino que 74 serían designados por los consejos regionales y 21 por los alcaldes, con la prerrogativa para el presidente de la República de nombrar a otros cinco, para llegar a 100.
Igualmente, la reforma preveía desaparecer a los senadores vitalicios, hasta ahora elegidos por el jefe de Estado entre personalidades que se han distinguido en los campos de la cultura, artes, ciencia o social.
El objetivo era dar mayor gobernabilidad a Italia, un país que desde 1946 ha visto desfilar a 65 Ejecutivos y en el que la necesidad de que las leyes sean aprobadas tanto por los diputados como por los senadores ha provocado en varias ocasiones bloqueos institucionales.
lsm