Los aspirantes a la Presidencia de Estados Unidos y los grupos que los apoyaron se gastaron 2 mil 170 millones de dólares en la campaña que finalmente llevó al republicano Donald Trump a la Casa Blanca, según un estudio publicado hoy.

El trabajo, realizado por el Centro por la Integridad Pública con la recopilación de datos de la Comisión Federal Electoral, las autoridades de impuestos y otros informes, asegura que Trump y los grupos que lo apoyaron se gastaron 409 millones, poco más de la mitad de los 769 millones de su rival demócrata, Hillary Clinton.

Eso quiere decir que a Trump le costó 6.5 dólares cada uno de los 62 millones 979 mil votos que recibió, frente a los 11.5 dólares que a Clinton le costaron los 65 millones 845 mil votos que obtuvo.

Pese a perder por 2.8 millones de votos en el voto popular frente a su oponente demócrata, Trump obtuvo la victoria al superar los 270 votos electorales necesarios para lograr la Presidencia, según el sistema del Colegio Electoral, en el que cada estado adjudica un número de compromisarios estimado conforme a su peso demográfico y equivalente a sus representantes en el Congreso.

Finalmente, Trump logró 306 votos electorales, de los que 304 finalmente votaron por él, ante los 232 de Hillary Clinton.

Según el estudio del Centro por la Integridad Pública, en la financiación de su campaña electoral Trump tuvo que poner 66,1 millones de dólares de su propio bolsillo.

Esa cifra es casi diez veces menor a los 600 millones de dólares que el propio magnate inmobiliario había dicho en 2011 que estaba dispuesto a gastarse en caso de decidirse a aspirar a la Casa Blanca.

"Esa es una de las cosas buenas que tengo. Quiero decir, parte de mi belleza es que soy muy rico. Así que si necesito 600 millones de dólares, puedo poner 600 millones de dólares yo mismo (...) Eso es una enorme ventaja que tengo sobre los otros candidatos", dijo entonces en una entrevista con la cadena de televisión ABC.

De los otros aspirantes a la Casa Blanca, los que más gastaron fueron el independiente Bernie Sanders, que disputó la candidatura demócrata a Hillary Clinton, que destinó 232 millones a su campaña, y el senador republicano por Texas Ted Cruz, con 161 millones.

Por detrás de ellos se situaron el exgobernador de Florida Jeb Bush, con 154 millones de dólares, que a priori partía como uno de los favoritos, y el senador por ese mismo estado Marco Rubio, con 111 millones de dólares.

De todos estos, según el Centro por la Integridad Pública, sólo Sanders no contó con financiación de las organizaciones de acción política que se dedican a recaudar fondos para los candidatos, conocidos como SuperPAC, que suelen responder a grupos de presión.

Según el estudio, Clinton recaudó 205 millones de dólares de esos grupos; Trump, 89.4 millones; Cruz, 69.3 millones; Bush, 122 millones; y Rubio, 76.5 millones de dólares.

Sobre la influencia de grupos de interés que están detrás de esas donaciones, la organización no gubernamental aseguró que la Asociación Nacional del Rifle, que defiende los intereses de los fabricantes de armas en EU, gastó 30 millones de dólares en financiar anuncios a favor de la candidatura de Trump.

Asimismo, el magnate de los casinos Sheldon Adelson y su esposa Miriam dieron 20.4 millones de dólares a los SuperPAC en apoyo a la candidatura del empresario neoyorquino, mientras que la empresaria de la lucha libre Linda McMahon aportó 6.2 millones.

El pasado 7 de diciembre, Trump anunció la designación de McMahon, co-fundadora de la exitosa empresa de lucha libre World Wrestling Entertainment (WWE), para integrar su equipo de gobierno como directora de la Administración de Pequeñas Empresas (SBA), un cargo con rango ministerial dentro de la Administración.

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