El drenaje ha resultado ser la mejor fuente para delatar a los principales centros de consumo de droga en la Unión Europea.

Luego de seis años de evaluación permanente de las aguas residuales por parte del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT), un informe reveló que el puerto de Amberes, en Bélgica, resultó indiscutiblemente la principal ciudad de consumo de cocaína en Europa, seguido por dos importantes centros financieros internacionales, Londres, en Reino Unido, y Zúrich, en Suiza.

El quinteto lo completan dos ciudades españolas, Barcelona y Molina de Segura, ésta última, una ciudad de Murcia, con sólo 70 mil habitantes y con una concentración de cocaína en las aguas negras de 509 miligramos por cada mil personas al día.

El análisis de las aguas residuales fue empleado originalmente en los años 90 para monitorear el impacto medioambiental de los residuos líquidos domésticos en las ciudades. Actualmente, se mide la cantidad de metabolitos expulsados a través de la orina para proyectar los índices de consumo de droga entre la población.

Por ejemplo, en el caso de la cocaína, el principal metabolito expulsado por la orina es la benzoilecgonina, así que a partir de la cantidad que se encuentre de ella en las aguas residuales se puede estimar cuánta cocaína se consume en una comunidad.

En 2010, con el apoyo del OEDT, se creó la red europea de análisis de las aguas (SCORE). La fase de desarrollo ha quedado atrás y hoy la técnica constituye la disciplina científica más eficiente para monitorear en tiempo real las tendencias geográficas y temporales del consumo de drogas ilegales.

De acuerdo con el reporte publicado a mediados de mes por el observatorio, Amberes también es el principal centro de consumo de anfetaminas, con 2016 miligramos por cada mil personas al día. Le siguen las ciudades alemanas de Dülmen y Dortmund, la capital de Islandia, Reikiavik, y la ciudad de Lahti, en el sur de Finlandia.

Sobre el uso de metanfetaminas, tradicionalmente se concentraba en la República Checa y Eslovaquia, pero ahora parece aumentar en el este de Alemania y el norte de Europa, particularmente Finlandia.

Así, las ciudades con mayor presencia de restos de metanfetaminas en aguas residuales son Bratislava y Piestany, en Eslovaquia; Budweis, en al República Checa; Dresde, en Alemania, y Espoo y Helsinki, en Finlandia.

Respecto al éxtasis, el método ha confirmado que se trata de la droga preferida durante los fines de semana, al dispararse los índices en las ciudades en estos días.

Las principales metrópolis consumidoras de drogas de diseño son Eindhoven, Países Bajos; Amberes, Bélgica; Utrecht, Países Bajos; Oslo, Noruega; Zúrich, Suiza, y Barcelona, España, aunque cuando se trata de fin de semana, la capital noruega escala hasta la primer plaza.

“Mediante la identificación de los cambios de los patrones de consumo de drogas, tanto geográficamente como en el tiempo, es posible ayudar a los servicios de salud y de tratamiento a responder mejor a las tendencias emergentes y a las necesidades de cambio de tratamiento”, afirma el director del OEDT Alexis Goosdeel.


lsm

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