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Un camión mató ayer al menos a 12 personas e hirió a otras 47, algunas de ellas de gravedad, en un mercado de Navidad en el centro de Berlín, en Alemania.
Los investigadores no descartan que se trate de un accidente; sin embargo, debido a las similitudes con ataques terroristas anteriores, especialmente el de Niza, en julio pasado, los diarios alemanes aseguraban ayer que se trabaja sobre la hipótesis de que se trató de un atentado. El ministro de Interior alemán, Thomas de Maizière, declaró que “muchos elementos apuntan a un atentado”.
La policía anunció que había detenido a un sospechoso a unos 100 metros de distancia del camión, cuando huía entre la multitud.
Otro hombre fue encontrado muerto en la cabina y hasta anoche se desconocía si el individuo falleció por heridas anteriores o causadas por el choque. Su identidad no fue difundida.
El camión de marca Scania pertenece a una empresa de transportes de Polonia y viajaba de Italia a Berlín cargando una estructura de acero.
La policía de Berlín dijo en Twitter que está investigando pistas que señalan que el camión fue robado de una zona de construcción en Polonia.
De acuerdo con el diario Die Welt, el conductor responsable del ataque habría entrado en Alemania como solicitante de asilo en febrero pasado y probablemente era de origen paquistaní o afgano.
El vehículo se salió de la calzada y se internó en una popular plaza, la Breitscheidplatz, a unos 60 kilómetros por hora. Antes de detenerse, no hizo intentos de disminuir la velocidad y arrolló a los peatones que caminaban entre las cabañas de madera de un mercado tradicional navideño, a donde la gente acude para comprar salchichas, vino caliente y comprar regalos. El camión detuvo su marcha frente a la Iglesia Memorial del káiser Guillermo.
Este tipo de mercados navideños son muy populares en Europa Central. La hora en la que el camión irrumpió en el lugar, las 20:15 locales, es la de mayor afluencia. Decencas de niños paseaban en ese momento y cenaban con sus padres por la zona.
“Escuchamos un impacto sordo”, explicó a la cadena CNN la turista británica Emma Rushton: “Vimos la parte superior de un camión articulado avanzando y destruyéndolo todo entre las cabañas del mercado”.
Ariel Zurawski, propietario de la empresa de transportes a la que pertenecía el camión, declaró en la televisión alemana que el conductor era su primo —polaco, como él— y que viajaba con el vehículo cargado de acero desde Milán hacia Berlín con intención de descansar en la capital alemana, pero que su ruta no incluía pasar por la zona del siniestro. Zurawski descartó que su familiar causara la tragedia y aventuró que le hubiesen robado el camión.
El conductor habló por última vez con su esposa cuatro horas antes de los hechos. Medios alemanes publicaron informaciones no oficiales de que el hombre encontrado muerto en la cabina era polaco, pero nada de eso había sido confirmado por las autoridades.
Los políticos alemanes mostraron su dolor por el incidente.
La canciller de Alemania, Angela Merkel, mostró su dolor por los muertos y los heridos a través de un mensaje difundido por su portavoz en Twitter, mientras que el presidente del país, Joachim Gauck, se mostró conmocionado por la “terrible noche” de Berlín y de todo el país.
El alcalde de la ciudad, Michael Müller, anunció una rueda de prensa para hoy con las novedades de la investigación y un memorial por las víctimas.
La oficina de policía europea, Europol, había advertido en los últimos meses de posibles atentados utilizando vehículos. No sólo el uso de un camión contra una multitud recuerda al ataque de Niza, en el que murieron 86 personas. Otra coincidencia es que los atropellos se produjeron en festivos de alto valor simbólico.
En el ataque de Francia, reclamado por el Estado Islámico, un hombre de origen tunecino se lanzó sobre los paseantes que esperaban los fuegos artificiales por el Día de la Bastilla.
De confirmarse que se trató de un ataque, no sería el primero en Europa contra un mercado navideño. La semana pasada se conoció que la policía alemana detuvo a un niño de 12 años que intentó atentar en la ciudad de Ludwigshafen. El niño, muy radicalizado en la ideología islamista, colocó el 26 de noviembre una bomba en un mercado que no explotó. El 5 de diciembre lo volvió a intentar con una mochila llena de clavos y explosivos que la policía detectó.
Francia refuerza su seguridad. El presidente francés, François Hollande, dijo que “los franceses comparten el duelo de los alemanes”. También ordenó un refuerzo de la seguridad de los mercados navideños.
“Los franceses comparten el duelo de los alemanes frente a esta tragedia que golpea a toda Europa”, subrayó Hollande. El ministro del Interior galo, Bruno Le Roux, pidió a las fuerzas del orden mantener “una vigilancia máxima” y anunció el rápido refuerzo de la seguridad de los mercados navideños.
Francia ha sufrido desde enero de 2015 una serie de atentados perpetrados por el Estado Islámico en los que han muerto 238 personas, de las que 86 fueron arrolladas en Niza el pasado 14 de julio, fiesta nacional francesa, cuando un camión se lanzó contra el público que contemplaba los fuegos artificiales.