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La Habana.— La disidente cubana Berta Soler, de 53 años, representante de la organización opositora Las Damas de Blanco, afirmó ayer en entrevista con EL UNIVERSAL que con la muerte de Fidel Castro, “en Cuba nada va a cambiar”.
Las Damas de Blanco, que acuden todos los domingos desde 2003 a una misa en un templo católico y luego desfilan por una avenida habanera para exigir la liberación de sus familiares presos por motivos políticos, funcionan en la ilegalidad o la semitolerancia en un país con un gobierno de partido único (el Comunista) y en el que están prohibidas otras agrupaciones partidistas.
El gobierno cubano niega reiteradamente que en Cuba haya presos de conciencia y alega que los detenidos son delincuentes o mercenarios pagados por el gobierno de Estados Unidos y por mafias anticastristas y contrarrevolucionarias de Florida para desestabilizar a la revolución instalada en 1959.
¿Qué cambios pueden ocurrir en Cuba con la muerte del comandante Fidel Castro?
—Para nosotros no es el comandante: es el dictador, el mafioso, el totalitario. Después de su muerte, Cuba va a continuar igual. Realmente hace 10 años, desde 2006 cuando el dictador se enfermó, le entregó el poder a su hermano Raúl. Quien manda en Cuba hace 10 años es Raúl Castro Ruz, no Fidel. Cuba cada día está peor: sin libertad, sin derechos y esto es lo que ha continuado haciendo Raúl Castro y es lo que hacía su hermano.
¿Cómo impactará la muerte de Fidel Castro en el deshielo Cuba-EU iniciado en diciembre de 2014?
—Fidel [antes] vivo o [ahora] ya muerto, quien manda en Cuba es Raúl. Próximamente van a cumplirse dos años de [iniciado] ese deshielo y ahora con la nueva presidencia en EU con Donald Trump, posiblemente puedan cambiar cosas. Estamos escuchando ya que, sin hacer toma de posesión, Trump está condicionando [el deshielo] con el régimen de los Castro a que haya cambios [en la isla]. Los cambios en Cuba tienen que ser desde adentro, pero tenemos el derecho de contar con el apoyo internacional. Tenemos el derecho de contar con el apoyo del gobierno electo de EU.
El presidente de EU, Barack Obama, alega que el embargo económico que su país impuso a Cuba en 1962 es un fracaso y que debe eliminarse porque nunca logró el objetivo de democratizar a este país. ¿Está de acuerdo con eliminarlo?
—Para nada. Para levantar el embargo primeramente deben haber varias condiciones: cese de la represión, libertad incondicional para todos los presos políticos, elecciones libres y plurales sin coacción, donde podamos los cubanos elegir en las urnas, a través de voto directo, quién es la o el presidente de nuestro país. Cuando sea capaz el régimen cubano de hacer estas cosas, vamos a pensar que estamos entrando en transición y pudiera el gobierno de EU levantar las restricciones [económicas] que le tiene a Cuba.
El gobierno cubano ha dicho que hay apertura económica pero que jamás habrá reforma o apertura política. ¿Qué opina?
—Lo que hay son reformillas económicas. No se puede hacer un negocio si no se cuenta con el gobierno cubano. Vamos a decir que hay reformas económicas cuando los inversionistas extranjeros lleguen a Cuba y sean ellos los que contraten a sus trabajadores, les paguen directamente. Mientras el gobierno cubano sea el intermediario, el que contrate a los trabajadores y el que les pague, va a ser más de lo mismo. El dinero que tiene que ir a manos de los trabajadores va a manos del régimen, que le da 10% [a los trabajadores] y el resto se lo roba. Y no tiene ninguna voluntad Raúl Castro de hacer reformas políticas. Está aferrado al poder. No quiere ni derechos ni libertades para el pueblo de Cuba.
¿Cómo describe la situación de los derechos humanos?
—No hay derechos ni libertades. Cuando salimos a ejercer la libertad de manifestación pacífica, la libertad religiosa, de asociación, de expresión, de sindicalización, no nos lo permiten. Constantemente están las golpizas, los arrestos, las detenciones arbitrarias, llevan [a los disidentes] al calabozo, van sobre sus familias, para tratar de doblegar [los]. Van sobre los hijos, los botan de las escuelas, los llevan a prisión. Si cualquier cubano quiere decir ‘abajo los Castro’, no lo puede decir... Fue obligado ir a dar el último adiós al dictador Fidel Castro y a los lugares donde iban a pasar las cenizas del dictador, porque [de lo contrario hay represalias]. Aquí no se respetan los derechos humanos.
En 2018 finalizará el periodo de gobierno del presidente Castro. ¿Qué prevé de ese cambio?
—Ha sido una falta de respeto del dictador Fidel Castro al pueblo de Cuba en 2006 de entregarle el poder a su hermano Raúl. Fidel no fue electo, Raúl no ha sido electo y es una falta de respeto de Raúl Castro decir que en 2018 se va del poder y va a nombrar [al vicepresidente Miguel] Díaz-Canel, a su nieto, a su sobrino, a su hijo, al Espíritu Santo… Eso es una falta de respeto en el mundo democrático. En cualquier lugar un presidente o una presidenta son electos por su pueblo. Si [el pueblo] se equivoca, a los cuatro años tiene derecho a rectificar quién va a ser el nuevo o si puede continuar. Pero es una falta de respeto al pueblo de Cuba, sin contar con el pueblo de Cuba... Lo que quiere Raúl Castro es una dinastía y pretende seguir los mismos pasos de su hermano dictador Fidel Castro.