La ministra argelina de Mujer, Familia y Solidaridad Nacional, Mounia Meslem, ha desatado una enorme polémica al instar a las mujeres de su país a renunciar a sus salarios en favor del Estado para que este las mantenga "como si fuera su marido".

"Si el país nos necesita, debemos entregar nuestros salarios al Estado como si estuviéramos casadas" con él, dijo la ministra al tiempo que se mostraba abierta a renunciar a sus propios emolumentos e instaba a las argelinas a hacer lo mismo.

"No son nuestros ingresos los que nos sostienen. Son nuestros maridos quienes se hacen cargo de nosotras ", agregó la ministra en declaraciones a la cadena de televisión local el Bilad TV divulgadas hoy por medios locales.

Las declaraciones han desatado una gran polémica, con ataques a la ministra en las redes sociales, y coinciden con la decisión de los miembros del Gobierno argelino de renunciar a un 10 por ciento de sus salario mensual.

Según la televisión estatal, esta decisión entrará en vigor a partir del próximo mes de enero.

Coincide también con la aprobación hace una semana de los nuevos presupuestos generales del Estado, que han sido recibidos con alarma y preocupación entre los argelinos ya que asientan la austeridad, elevan impuestos como el IVA o los adheridos al precio de la gasolina y reducen las subvenciones estatales.

Calculados sobre la base de un precio de referencia de 50 dólares el barril de petróleo, única riqueza del país, analistas y expertos advierten, por su parte, del "brutal impacto" que tendrá, sobre todo entre las clases medias y populares.

Con cerca de 40 millones de habitantes y la superficie más grande de África, Argelia depende casi en exclusiva de la producción y venta de petróleo y gas, que suponen el 90 % de sus exportaciones.

Sin apenas industria, su economía es la de un país socialista y paternal en el que la mayor parte de los productos y servicios básicos están subvencionados -incluida la vivienda- y en el que el principal empleador es el propio estado.

Gran parte de la riqueza está en manos del Ejército, institución que participa en una vida política altamente influida por el misterio que envuelve tanto la verdadera salud del presidente, Abdelaziz Bouteflika, como su sucesión.

En este ambiente, de creciente conflicto social -especialmente en las áreas del sur-, los diputados han aceptado unos presupuestos en los que se contemplan medidas como el aumento en dos puntos en el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), que pasará del 17 al 19 % para el tipo normal y 7 al 9 % para el reducido.

Los argelinos pagarán también más caro este año el combustible y los transportes después de que los presupuestos revisaran al alza las imposición sobre los Productos Petrolíferos (TPP).

lsm

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