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Washington.— El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunció ayer que el general de infantería de Marina retirado James Mattis, ex jefe del Mando Central y con más de cuatro décadas de experiencia castrense, es su selección para encabezar la Secretaría de la Defensa.
“Vamos a nombrar a ‘Perro Loco’ Mattis como nuestro secretario de Defensa”, dijo aludiendo al sobrenombre del general. “Pero lo anunciaremos recién el lunes, así que no le digan a nadie”, añadió en Cincinnati, Ohio, durante su gira que su equipo ha denominado “tour de agradecimiento”.
Horas antes, The Washington Post había adelantado la noticia, a lo que Jason Miller, vocero del equipo de transición, respondió que aún no se había tomado una decisión.
Para que Mattis sea confirmado nen el cargo se necesitará un acuerdo especial del Congreso, ya que el jefe del Pentágono sólo puede ser nombrado siete años después de haber dejado la carrera militar. Mattis se retiró recién en 2013.
Apodado “Perro Loco”, Mattis es considerado un militar de mano dura que, según sus subalternos, les aconsejaba en Irak: “Sé educado, sé profesional, pero está siempre listo para pegar un tiro a todos con los que te reúnes”.
Fue uno de los primeros en poner el pie en Afganistán tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y estuvo al mando de una de las divisiones que invadió Irak en 2003.
Durante el mandato del presidente Barack Obama, Mattis se convirtió en el jefe del Mando Central en reemplazo del general David Petraeus, que fue nominado por Trump como jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Sin embargo, dejó el cargo meses antes de lo previsto y se especuló que fue forzado a retirarse por tensiones con la administración Obama. Abierto opositor al acuerdo nuclear iraní, es visto como un ortodoxo en temas de defensa, disciplinado y mucho menos radical y político que el elegido por Trump como asesor de Seguridad Nacional, el también general retirado Michael Flynn.
Ambos deberán aconsejar a Trump sobre los asuntos de seguridad nacional más urgentes que heredará del gobierno de Obama, como la situación en Siria y el combate al terrorismo.