El papa Francisco recibió ayer, juntos y por separado, al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y al ex mandatario y jefe de la oposición Álvaro Uribe, pero su mediación no logró que ambos superaran sus diferencias en torno al proceso de paz con la guerrilla de las FARC.

El Pontífice se reunió primero con Santos y a continuación con Uribe. Finalmente recibió a ambos en una audiencia de unos 25 minutos, informaron medios italianos.

Francisco recibió a Santos en la Sala del Tronetto con un “bienvenido, es un placer reencontrarnos, es la tercera vez que nos vemos”. “Necesitamos su ayuda”, le dijo a su vez el presidente colombiano, quien le ofreció como regalo el “balígrafo” —una bala convertida en bolígrafo— con el que se firmó el acuerdo de paz con el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño.

También le entregó una pequeña escultura de porcelana, la cual representa una orquídea blanca. El mandatario explicó al papa Francisco que la orquídea es “la flor nacional de Colombia y un símbolo de la paz”.

El Pontífice, por su parte, le entregó un medallón con el ángel de la paz y tres libros que presentó como sus “escritos sobre ecología”. Posiblemente se trató de la encíclica ecologista Laudatio si y de las exhortaciones apostólicas Evangelii gaudium y Amoris laetitia.

Al final del encuentro entre Francisco, Santos y Uribe, el presidente colombiano y el jefe de la oposición dieron declaraciones en las que ratificaron sus diferencias.

Santos, galardonado con el premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos para acabar con un conflicto de 52 años que ha dejado 220 mil muertos y millones de desplazados, se declaró dispuesto a buscar acercamientos con la oposición: “Le dije al ex presidente Uribe que estamos siempre dispuestos, como lo hemos manifestado en ocasiones anteriores, a seguir dialogando, a entrar en un acuerdo sobre cómo se va a implementar este acuerdo de paz.

“Ahí hay una oportunidad para demostrar que podemos ponernos de acuerdo”, añadió luego de unos 20 minutos de diálogo.

Por su parte, el Papa reiteró que desea viajar a Colombia, pero solamente lo hará cuando el proceso de paz esté completo.

En tanto, Uribe insistió en que los jefes de las FARC paguen cárcel por sus crímenes y que no se les dé la posibilidad de ocupar cargos de elección popular. “Si el gobierno permite una apertura para examinar unos temas, se podrían buscar opciones”, declaró.

Aunque Santos y Uribe se reunieron en octubre para buscar consensos tras el rechazo del pacto inicial en la consulta, el nuevo acuerdo de paz no incluyó las principales demandas de la oposición. Sin embargo, el Congreso de Colombia refrendó el acuerdo de paz que fue ajustado y esta semana la Corte Constitucional autorizó al gobierno a implementarlo en el Legislativo por un mecanismo que reduce los tiempos a la mitad.

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