El FBI informó que apoya la conclusión de la CIA de que Rusia interfirió en las elecciones presidenciales de Estados Unidos con el objetivo de apoyar al candidato republicano Donald Trump.

En un mensaje enviado a los empleados, el director de la CIA, John Brennan, dijo que había hablado con el director del FBI, James Comey, y con el director de inteligencia nacional, James Clapper.

Brennan dijo en el mensaje que "existe un fuerte consenso entre nosotros sobre el alcance, la naturaleza y la intención de la injerencia de Rusia en nuestras elecciones presidenciales".

Un funcionario estadounidense que había visto el mensaje sin clasificar de Brennan lo confirmó a The Associated Press el viernes.

El presidente Barack Obama prometió que Estados Unidos tomará represalias contra Rusia por su supuesta intromisión cibernética en la elección presidencial, una acusación que el Kremlin niega insistentemente.

Ante las peticiones de demócratas y republicanos para una investigación en el Congreso, incluyendo las afirmaciones sobre la implicación personal del presidente ruso, Vladimir Putin, Obama dijo en una entrevista que cada vez que un gobierno extranjero intenta interferir en las elecciones estadounidenses, el país debe tomar medidas "y lo haremos".

"Algunas serán explicitas y anunciadas y otras podrían no serlo", dijo a NPR News el jueves. "Pero el señor Putin es muy consciente de lo que pienso al respecto porque hablé directamente con él acerca sobre esto".

Responsables de la Casa Blanca dijeron que era un "hecho" que el hackeo ruso favoreció a la campaña del republicano Donald Trump contra la demócrata Hillary Clinton. Funcionarios del gobierno dijeron el jueves informaron también al propio Trump diciendo que debía ser conocedor de la interferencia rusa.

No se ofrecieron pruebas de ninguna de las acusaciones, las últimas en una transición complicada en Washington tras ocho años de gobierno de Obama que dejarán paso a un ejecutivo republicano liderado por Trump. Las acusaciones de que Rusia interfirió en el proceso electoral estadounidenses también avivaron las tensiones existentes entre ambos países sobre Siria, Ucrania y otros asuntos en los que mantienen posturas enfrentadas.

"Solo funcionarios rusos del más alto nivel pudieron haber autorizado esas actividades", dijo el portavoz presidencial, Josh Earnest, a reporteros en la sala de prensa de la Casa Blanca, repitiendo las palabras de un informe de inteligencia de octubre.

El asesor de seguridad nacional de Obama, Ben Rhodes, fue más allá en las especulaciones y informó que Putin era el responsable de las acciones del gobierno de Moscú.

"No creo que en el gobierno ruso ocurran cosas de este nivel sin que Vladimir Putin lo sepa", dijo a MSNBC.

La polémica acusación presenta a Putin, el líder de que quizás sea el mayor enemigo geopolítico de Estados Unidos, como agresor directo de la democracia estadounidense, pero los funcionarios de Washington no dicen que Trump habría sido derrotado por Clinton el pasado 8 de noviembre de no ser por la ayuda rusa. Tampoco se registraron indicios de manipulación en el recuento de los votos.

El Kremlin rechazó la denuncia sobre la implicación de Putin, con el portavoz presidencial, Dmitry Peskov, calificándola de "tontería ridícula".

No ha habido pruebas públicas específicas y convincentes sobre el alcance del supuesto papel de Putin o su conocimiento del hackeo. Esta ausencia de evidencias mina la estrategia demócrata de presentar la implicación del líder ruso como prueba irrefutable de una trama dirigida por Moscú para atacar el sistema democrático estadounidense.

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