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Washington.— El presidente ruso Vladimir Putin estuvo personalmente involucrado en la campaña encubierta para interferir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, aseguró anoche la cadena NBC, que citó como fuente a importantes funcionarios de inteligencia.
Putin, directamente, fue quien dio las órdenes sobre cómo se filtró y utilizó material previamente hackeado, señalaron esas fuentes con acceso a información sobre este asunto.
Según NBC, una de las fuentes aseguró que lo que comenzó como una “venganza” de Putin contra la candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, se convirtió después en un esfuerzo por destapar la corrupción en la política estadounidense y en “crear la imagen de que [otros países] no podían confiar más en que EU fuera un líder global creíble”.
Hace unos días se dieron a conocer las conclusiones de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) compartidas con senadores estadounidenses, según las cuales, Rusia intervino en la campaña electoral previa a las elecciones del 8 de noviembre, con el objetivo de ayudar al republicano Donald Trump a ganar la presidencia de EU.
Agencias de inteligencia de Estados Unidos identificaron a personas con conexiones con el gobierno ruso que abastecieron a WikiLeaks con miles de correos electrónicos “hackeados” del Comité Nacional Demócrata, incluidos los de John Podesta, el jefe de campaña de Hillary Clinton. Aunque Trump calificó de “ridículas” esas conclusiones y defendió su “victoria abrumadora” en los comicios, NBC señaló, según sus fuentes, que la información que vincula directamente a Putin con la operación es “sólida”.
Michael McFaul, ex embajador de EU en Rusia, recordó en declaraciones a la televisora que Putin “ha querido vengarse de Hillary, es algo que se sabe hace tiempo, por lo que ella dijo acerca de las elecciones parlamentarias rusas de 2011 —que llamó fraudulentas, manipuladas y que pidió investigar—. Él quiere desacreditar a la democracia estadounidense. Y lo más seguro es que le agraden los puntos de vista de Trump sobre Rusia”.
Los elogios del magnate hacia el presidente ruso durante la campaña, y la reciente designación de Rex Tillerson, máximo ejecutivo de ExxonMobil y cercano a Putin, como próximo secretario de Estado, han desatado polémica en EU.
Por lo pronto, el ganador de las presidenciales estadounidenses se reunió ayer a puertas cerradas con los directivos de las firmas tecnológicas más importantes del país, en un intento de congraciarse con uno de los sectores más dinámicos de la economía nacional, a los que se enfrentó en más de una ocasión a lo largo de la campaña, principalmente por mudar sucursales a otros países.
La reunión se realizó en la Torre Trump de Nueva York y participaron Tim Cook, de Apple; Satya Nadella, de Microsoft; Larry Page y Eric Schmidt, de Alphabet; Brian Krzanich, de Intel; Ginni Rometty, de IBM, y Chuck Robbins, de Cisco Systems. También se encontraban Jeff Bezos, de Amazon; Sheryl Sandberg, de Facebook; Elon Musk, de Tesla, y Safra Catz, de Oracle.
Del otro lado estaban el vicepresidente electo, Mike Pence; el secretario de Comercio designado, Wilbur Ross, y tres de los cuatro hijos adultos de Trump: Ivanka, Eric y Donald Jr.
“Cualquier cosa que podamos hacer para ayudarles, vamos a estar aquí para ustedes”, afirmó Trump al iniciarse la reunión, en la que describió a los presentes como un “increíble grupo de personas” y ofreció un diálogo abierto con su gobierno, que asume el 20 de enero. “Aquí no hay una cadena formal de mando”, afirmó. Ross describió el encuentro como “muy bueno y constructivo”.