La ex presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner quedó este jueves a un paso de su primer juicio oral y público, luego de que el juez federal Claudio Bonadío dio por cerrada la instrucción en una causa por la venta de dólares a futuro –en la cual se la acusa de haber estafado al Estado por el delito de “administración infiel”.

Bonadío envió el caso al fiscal Eduardo Taiano para que acuse a la ex mandataria y proponga la elevación a juicio.

A principios de esta semana, la Sala II de la Cámara de Apelaciones había confirmado el procesamiento de Fernández de Kirchner y ratificado el embargo de 15 millones de pesos (equivalentes a un millón de dólares), y también el procesamiento sobre el ex ministro de Economía Axel Kicillof.

Sin embargo, la ex presidenta está satisfecha con esta medida porque espera ser juzgada con imparcialidad. Es que su enemistad con el juez federal Bonadío, que la investigó en este caso, es pública y lleva ya algunos años.

“Nosotros mismos pedimos el juicio oral, a los efectos de no dilatar más esto y que se pueda demostrar la inocencia de la ex presidenta ya que no existe delito en esta causa”, dijo el abogado de Cristina Fernández de Kirchner, Gregorio Dalbon, a EL UNIVERSAL. El ex ministro Kicillof tampoco apeló el dictamen, pero otros imputados kirchneristas sí elevaron recursos de apelación, por lo que el inicio del juicio oral podría demorarse.

“El macrismo debería estar evaluando el impacto que podría tener una condena a Cristina Fernández de Kirchner”, dijo a este diario el analista político Carlos Barrata. “Si ella se llegara a convertir en una mártir, a Mauricio Macri no le convendría: el año que viene hay elecciones legislativas y él necesita mantener su posición predominante en el Congreso”.

El juez Bonadío resolvió sobreseer en la misma causa a actuales funcionarios del gobierno de Macri, que también estaban también imputados: dos vicejefes coordinadores de gabinete (Gustavo Sebastián Lopetegui y Mario Eduardo Quintana); el director del Banco Central, Pablo Curat; el jefe de asesores presidenciales, José María Torello; el embajador en Estados Unidos, Martín Lousteau; y el ex director de la petrolera estatal YPF, Miguel Matías Galuccio.

“No hay que sorprenderse de las decisiones de Bonadío, porque son de manual”, dijo Dalbón. “A través de Bonadío y de la Justicia, van a convertir a Cristina [de nuevo] en presidenta”, concluyó, refiriéndose al supuesto hostigamiento judicial.

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