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J ames Richard Rick Perry quiso ser presidente dos veces. En la segunda fracasó contra el próximo presidente de EU, Donald Trump. En la primera, en 2012, contra él mismo: en uno de los primeros debates, Perry, quien era el gobernador de Texas, propuso eliminar tres agencias o departamentos del gobierno el primer día que llegara a la Casa Blanca. Mencionó dos y, tras mucho pensar y ante las risas de los presentes, no se acordó del tercero, soltando un suspiro y un “ups” para la historia de las elecciones en Estados Unidos.
El departamento que no recordó Perry era el de Energía; el mismo que Trump quiere que lidere a partir de ahora.
De familia granjera y capitán de las fuerzas aéreas de EU, donde sirvió en la década de los 70, Rick Perry, un defensor a ultranza de la extracción de recursos naturales, estará a cargo especialmente de todo lo referente a energía nuclear, lo que en EU tiene que ver, y mucho, con seguridad nacional y bombas atómicas. Sustituirá en el cargo a Ernest Moniz, físico nuclear de prestigio mundial.
Desde que abandonó la gobernación de su natal Texas, Rick Perry entró a formar parte del consejo directivo de la Energy Transfer Partners, que está en el punto de mira de ecologistas y defensores de los indígenas por la construcción del controvertido oleoducto Dakota Access Pipeline.
Tras su segundo fracaso estrepitoso hacia la presidencia, Perry participó en un programa televisivo de famosos bailando del que fue eliminado en la tercera semana. Si el Senado lo ratifica, dará el mismo salto que su jefe: de los reality al gobierno. Aunque sea en el departamento que hace cuatro años quería eliminar.