Oslo.— El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dedicó el premio Nobel de la Paz que recibió ayer a las víctimas del conflicto armado en su país y destacó que el galardón fue el impulso que permitió la firma de un acuerdo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), por lo que llamó a todo su país a construir una paz “estable y duradera”.

Defendió también en su discurso la “urgente necesidad” de replantear la estrategia en la lucha contra las drogas a nivel internacional.

“El narcotráfico es un problema global y requiere una solución global (...) No tiene sentido encarcelar a un campesino que siembra marihuana cuando, por ejemplo, hoy es legal producirla y consumirla en ocho estados de Estados Unidos”, dijo.

El mandatario, quien recibió el premio en un ceremonia en Oslo, afirmó que el galardón “fue como un regalo del cielo” para lograr el nuevo pacto de paz con las FARC, tras el rechazo previo en un referéndum, en octubre.

“En un momento en que nuestro barco parecía ir a la deriva, el premio Nobel fue el viento de popa que nos impulsó para llegar a nuestro destino: ¡El puerto de la paz! Gracias”, dijo.

La distinción otorga 8 millones de coronas suecas (poco menos de 900 mil dólares), que el presidente donará a las víctimas del conflicto.

El Comité del Nobel Noruego reconoció “los esfuerzos resolutos y valientes” de Santos para acabar con más de cinco décadas de una violencia, que causó unas 220 mil muertes y millones de desplazados.

La apuesta por el diálogo y la reconciliación fueron centrales en el discurso previo de la líder del Comité Nobel noruego, Kaci Kullmann Five, leído por la vicepresidenta de este organismo, Berit Reiss-Andersen, quien destacó que se premió la tarea de Santos, pero también apoyar un proceso que estaba “bajo peligro inminente”, y es un “homenaje” a todas las partes, incluidas las FARC.

En su discurso, el presidente colombiano quiso recordar a los “más de 8 millones de víctimas y desplazados” de su país, y pidió a algunas de las personas que sufrieron los rigores del conflicto armado que se pusieran de pie.

El auditorio ovacionó a las víctimas, entre las que estaban la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, quien permaneció más de seis años secuestrada por las FARC, y Leyner Palacios, quien perdió 32 familiares en un ataque de los rebeldes, a quienes perdonó. Otras de las víctimas que asistieron fueron Pastora Mira García, Liliana Pechené, Fabiola Perdomo, Clara Rojas y Héctor Abad Faciolince.

“La guerra que causó tanto sufrimiento y angustia a nuestra población, a lo largo y ancho de nuestro bello país, ha terminado”, afirmó Santos, quien resaltó que el proceso colombiano muestra, a su juicio, que si se persevera la paz es posible, incluso en lugares como Siria, Yemen o Sudán del Sur.

Ningún miembro de la guerrilla estuvo en Oslo para evitar problemas por su situación legal en Colombia.

El premio de la paz es el único de los Nobel que ni se otorga ni entrega en Estocolmo, a diferencia de los otros cinco, sino en Oslo, por deseo expreso de Alfred Nobel, ya que en su época Noruega era parte del Reino de Suecia.

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