La presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, fue apartada del cargo por su presunta implicación en un escándalo de corrupción, después de que el Parlamento aprobase ayer en Seúl, con la mayoría de dos tercios necesaria, la moción para realizar un juicio político en contra de ella.

El proceso llega tras semanas de protestas en las calles contra Park, de 64 años, a la que la oposición acusa de violar la Constitución e infringir otras leyes. Park fue destituida temporalmente y el primer ministro Hwang Kyo Ahn asume temporalmente el cargo; 235 diputados votaron a favor de someterla al proceso de destitución que presentó el Partido Democrático de Corea (el opositor Minjoo) junto con otros dos pequeños partidos de la oposición. También diputados del gubernamental Partido Saenuri se sumaron a la propuesta. El Parlamento surcoreano cuenta con 300 escaños.

Millones de personas habían salido a la calle para pedir su dimisión, después de que saltara a la luz el escándalo de su amiga Choi Soon Sil.

A Park se la acusa de haber permitido que Choi, quien no ocupó cargo oficial alguno, interviniese en asuntos del gobierno. Además, Choi se benefició de su amistad con la mandataria para fomentar dos fundaciones privadas y se habría enriquecido personalmente. Park se ha disculpado en varias ocasiones por el escándalo, pero negó haber incurrido en maniobras ilegales.

La mandataria queda apartada de sus funciones hasta que un tribunal Constitucional tome una decisión al respecto, un proceso que podría durar al menos seis meses. Para que la destitución se confirme deben votar a favor seis de los nueve jueces del Constitucional.

Si Park —hija del dictador Park Chung-hee— es destituida tendrán que adelantarse las elecciones presidenciales, previstas inicialmente para finales de 2017. El Tribunal pidió a Park que se pronuncie por escrito la semana que viene sobre el caso. Su mandato finalizaba en febrero de 2018. La popularidad de la política conservadora cayó hasta 4% por el escándalo. En un discurso televisado, la mandataria dijo que toma “en serio las voces de la Asamblea Nacional y del pueblo”.

Estados Unidos confió en ver una “transición pacífica” en Corea del Sur y en que no haya baches en su alianza con ese país tras la destitución de Park, la primera mujer en llegar al más alto cargo político del país.

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