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El nuevo presidente electo de EU, el republicano Donald Trump, dirigirá el país con el teórico apoyo de un Congreso dominado por su partido que podría aprobar leyes cruciales, a la luz de los resultados de las elecciones del martes.
Trump causó una conmoción, dentro y fuera de Estados Unidos, al imponerse contra todo pronóstico a su rival demócrata, Hillary Clinton, en los comicios presidenciales.
En paralelo a la sorprendente victoria del magnate inmobiliario, los republicanos mantuvieron la mayoría en la Cámara de Representantes y el Senado, las dos Cámaras del Congreso de EU, en las elecciones legislativas que también celebró el país.
Los conservadores acudieron a las urnas muy confiados en asegurar el control de la Cámara baja y moderadamente optimistas sobre sus opciones en el Senado, aunque el impulso de Trump en estados clave ayudó a dejar también bajo hegemonía republicana la Cámara alta.
Con algunos resultados aún pendientes, los republicanos cuentan con 238 escaños en la Cámara baja, frente a 193 de los demócratas; mientras en el Senado poseen 52 asientos, por 47 del otro partido.
"Quiero felicitar a Donald Trump por su increíble victoria", afirmó el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, quien ocupa el tercer cargo político más importante del país.
"Donald Trump liderará un gobierno republicano unido", subrayó hoy Ryan, quien ha sido muy crítico con el magnate por su talante polémico .
"Estamos deseando trabajar mano a mano con el nuevo Gobierno para impulsar un programa que mejore la vida del pueblo estadounidense", agregó Ryan en una rueda de prensa en su estado de Wisconsin.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, quien marcó siempre distancias con un "forastero" de la política como Trump que desafió al aparato del partido, también se congratuló por la "histórica elección" del empresario.
"Después de ocho años de la Administración de (Barack) Obama, el pueblo estadounidense ha elegido una nueva dirección para nuestra nación. El presidente electo Trump tiene una gran oportunidad para unir a nuestra nación", afirmó McConnell, en alusión a la profunda división en EU que ha quedado al descubierto en los comicios.
En su discurso de la victoria, Trump abogó por unificar el país y un partido fracturado durante toda la campaña, y felicitó al presidente del Comité Nacional Republicano (secretariado), Reince Priebus, pero no mencionó ni a Ryan ni a McConnell.
En circunstancias normales, un presidente cuya formación controla las dos Cámaras del Congreso suele disponer de vía libre para sacar adelante leyes que respondan a su programa electoral, si bien muchos congresistas y senadores republicanos respaldaron a regañadientes al magnate y algunos ni siquiera le brindaron nunca su apoyo.
Con todo, el nuevo Congreso, que no se reunirá hasta el 3 de enero, ofrece a los conservadores una oportunidad única para influir en cuestiones críticas que han abordado en la campaña electoral y durante los ochos años de mandato de Obama.
En cabeza de esa lista de temas se encuentra la reforma sanitaria de 2010 que impulsó el presidente demócrata, conocida popularmente como "Obamacare", piedra angular de su legado en política nacional y que ha beneficiado a unos 20 millones de estadounidenses.
"Cuando ganemos el 8 de noviembre y elijamos un Congreso republicano, vamos a poder derogar y reemplazar de inmediato Obamacare", advirtió hace algo más de una semana Trump, quien considera un "desastre" la reforma.
Los republicanos también se oponen, entre otros asuntos, a la promulgación de una reforma migratoria integral y han rechazado de plano las órdenes ejecutivas de Obama dirigidas a frenar la deportación de casi cinco millones de indocumentados.
Asimismo, el Congreso debe aprobar el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP)", firmado en febrero pasado por doce países, si bien el magnate neoyorquino rechaza ese tratado como parte de su retórica proteccionista.
Otra cuestión pendiente y decisiva es la sustitución en el Tribunal Supremo del juez conservador Antonin Scalia, muerto de forma inesperada en febrero, cuya nominación corre a cargo del presidente de EU, aunque el Senado tiene la última palabra.
Trump ya ha recalcado su intención de designar a un magistrado "conservador y provida", idea que refutan los demócratas, quienes han asegurado que, pese a su papel minoritario en la Cámara Alta, harán una ardua labor de oposición.
"Nuestro Gobierno se basa en un sistema de controles y contrapesos", advirtió en la red social Twitter Catherine Cortez Masto, primera senadora hispana electa de Estados Unidos, tras ganar este martes su escaño por Nevada.
"Y créanme -agregó Cortez Masto-, yo ejerceré un tremendo control sobre Donald Trump".
ae