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Los candidatos presidenciales republicano, Donald Trump, y demócrata, Hillary Clinton, entraron en los últimos días de campaña para las elecciones de este martes, en una jornada en la que el Servicio Secreto tuvo que alejar del escenario al magnate por una aparente amenaza a su seguridad, que resultó ser una falsa alarma y que dejó como saldo un sospechoso detenido.
De acuerdo con versiones de medios, todo comenzó cuando alguien gritó: “¡Un arma!”, justo cuando el candidato republicano se dirigía a sus seguidores en Reno, Nevada. La gente se asustó y dos agentes del Servicio Secreto rodearon al candidato y se lo llevaron. Imágenes de CNN mostraron a miembros de seguridad escoltando a un hombre blanco fuera del edificio. Las autoridades dijeron finalmente que no hubo armas involucradas en lo ocurrido.
Al regresar al escenario, minutos después, Trump agradeció el apoyo del Servicio Secreto. “Nadie dijo que sería fácil para nosotros. Pero nunca nos detendrán. Nunca”, afirmó. El “susto” que se llevó el republicano marcó así los últimos días de una campaña por demás inusual, en la que los candidatos pelean por cada voto. Ayer, tanto Hillary como Trump estuvieron en Florida, que se prevé será clave en las presidenciales del martes.
El aumento del voto latino por anticipado ha dado renovadas esperanzas a la campaña de Clinton en ese estado, así como en Georgia y Carolina del Norte, tres de los más disputados.
De acuerdo con datos de la cadena de televisión CNN, el número de votantes latinos por anticipado ha subido 129% este año con respecto a 2008; en Georgia, donde la población latina no es tan importante, ha aumentado 144% con respecto a 2012; y en Carolina del Norte lo ha hecho 75%, si se compara con 2012.
Los latinos suelen votar más por el Partido Demócrata, por lo que el hecho de que estén acudiendo a las urnas en gran número puede beneficiar a Clinton.
Los sondeos de opinión muestran que la demócrata aún tiene ventaja en estados que podrían ser clave en las elecciones de este martes, pero su liderazgo se redujo tras la revelación, hace una semana, de que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) está investigando nuevamente si hizo un mal manejo de información clasificada a través del correo electrónico, cuando era secretaria de Estado.
Un sondeo nacional de McClatchy-Marist publicado ayer mostró que Clinton supera a Trump por un punto porcentual, cuando en septiembre le llevaba una ventaja de seis puntos.
La demócrata hizo campaña ayer en el condado de Broward, al norte de Miami, donde latinos y afroestadounidenses representan 57% de la ciudadanía, y en Pembroke Pines, en donde se quedó casi sin voz en su discurso, durante el cual se desataron una lluvia y un viento intensos. Por la tarde, la candidata estuvo en Filadelfia, Pennsylvania, acompañada de estrellas como Katy Perry y Stevie Wonder.
Trump, quien estuvo en Tampa antes del incidente en Nevada, pidió a latinos y afroestadounidenses una oportunidad y les “recordó” que los demócratas siempre se “olvidan” de ellos después de ganar las elecciones.
Además, propuso un impuesto de 35% a las empresas estadounidenses que despidan a trabajadores para externalizar la producción en el extranjero. “El robo de la prosperidad en Estados Unidos se va a acabar”, aseguró.