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Los Ángeles.— Si las encuestas son correctas, el martes entrante los estadounidenses elegirán con holgura a la primera mujer como presidente.
La candidata demócrata Hillary Clinton muestra una confortable ventaja sobre el candidato republicano, Donald Trump, en el algoritmo de mayor importancia de estos comicios, el Colegio Electoral, que define al vencedor de la contienda.
Las más recientes encuestas difundidas por la cadena de televisión CNN, el periódico USA Today y el prestigiado The Cook Political Report otorgan a la ex secretaria de Estado más de 270 de los votos del Colegio Electoral, el mínimo requerido para llevarse la presidencia. Pero, ¿qué tan acertados son estos sondeos?
Las encuestas se encuentran en el ojo del huracán tras una serie de graves equivocaciones en los últimos meses. En las legislativas británicas de mayo de 2015, vaticinaron un final de fotografía entre el conservador David Cameron y el laborista Ed Miliband, pero el resultado fue una contundente victoria de los conservadores.
Peor fue lo que ocurrió en junio pasado en el Brexit, cuando los sondeos pronosticaron la permanencia de Gran Bretaña en la Unión Europea y al final los votantes optaron por salirse del bloque.
En Colombia también fallaron los sondeos, que auguraban un cómodo triunfo del “sí” al acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC en el plebiscito del 2 de octubre.
De acuerdo con Anna Greenberg, vicepresidenta senior de Greenberg Quinlan Rosner Research, para ser efectivas, las encuestas necesitan contar con la participación de un grupo representativo de los votantes probables y en EU, para reducir el margen de error, se está usando el modelo mixto, que incluye teléfono fijo y celular. “El análisis histórico de las encuestas realizadas en Estados Unidos ha demostrado que éstas suelen acertar en los resultados. Por lo tanto, no hay razón para pensar que las encuestas no estén reflejando lo que está pasando en la carrera presidencial”, dice a EL UNIVERSAL.
Para Greenberg el sondeo USC/LAT no es representativo del electorado estadounidense. Asegura que el resultado puede ser manipulado por factores propios de su metodología.
En entrevista, Jill Darling, directora de Sondeos del Centro de Investigación Económica y Social de la USC, defiende su método. “La gran diferencia es que nosotros planteamos la pregunta de distinta manera. En lugar de preguntar cuál candidato prefieren, a los encuestados les pedimos que califiquen, en una escala de 0 a 100, el porcentaje de probabilidad de que voten por ese candidato”, explica Darling. “Nuestros resultados han arrojado un mayor porcentaje para Trump porque, en comparación con los partidarios de Clinton, los de Trump han informado tener una mayor certeza de su voto”, continúa.
La experta sostiene que todas las encuestas tienen margen de error y deben considerarse como un instrumento que proporciona sólo una probabilidad y no un resultado certero. Subraya que las encuestas electorales son más difíciles que otros sondeos nacionales ante la necesidad de determinar quién es un votante probable y quién no, así como la probabilidad de manipular el resultado a partir de la pregunta formulada.
“Nosotros, como muchos otros, estamos sorprendidos por los resultados de la encuesta en esta carrera presidencial. La encuesta Daybreak es parte de un experimento en curso para saber si los métodos que hemos desarrollado son útiles para aumentar la confiabilidad de las encuestas políticas”, dice. “Hasta que los votos no hayan sido contabilizados el 8 de noviembre, no sabremos si nuestro enfoque es más preciso que el de otras encuestas”.