Las autoridades de París concluyeron el viernes una enorme operación de desalojo de unos 3.800 migrantes de Sudán, Etiopía y otros países que vivían acampados en las aceras de una zona de la capital francesa.
Llevando sus pertenencias escasas, los migrantes subieron a varias decenas de autobuses para viajar a albergues temporales en los alrededores de París, donde podrían recibir atención médica y solicitar asilo formalmente.
La operación, que se enfocó en el barrio que rodea los canales del noreste de París, comenzó antes del amanecer el viernes y fue tranquila en su mayor parte, bajo la vigilancia de la policía antimotines con equipo de protección.
En las últimas semanas, el sitio se había convertido en el mayor campamento migratorio que París haya visto en años. Significó un nuevo desafío para el gobierno francés, justo cuando las autoridades habían cerrado un campamento inmundo de migrantes en la ciudad portuaria de Calais, en el norte del país, que se volvió un símbolo doloroso de la crisis migratoria en Europa.
Miles de los migrantes que estaban en Calais fueron trasladados a centros de recepción temporal, pero algunos huyeron a París. Erigieron tiendas de campaña en los bulevares cerca de la estación del metro Stalingrad, donde se unieron a otros emigrantes que llegaron allí desde otros lugares después de haber sobrevivido a travesías marítimas peligrosas desde el Medio Oriente y África.
"Ésta es la mayor operación de alojamiento de migrantes que hemos tenido que enfrentar en los últimos 18 meses", dijo Christine Gauthier, del departamento de Vivienda de la región de París.
La administración regional de París dijo que durante la operación del viernes, 3.852 personas en total fueron trasladadas a 78 centros temporales. Entre ellos, 339 migrantes fueron identificados como "vulnerables", incluso enfermos, mujeres y niños, por lo que recibieron atención especial, informó un funcionario municipal.
"No sé a dónde vamos", dijo Odam Husein, de 23 años y procedente del sur de Sudán, antes de subir a un autobús. Sostenía una bolsa pequeña de plástico con sus pertenencias: ropa y papeles. Como muchos de los migrantes en el lugar, Husein dijo que tenía miedo de las redadas policiales rutinarias, que estaba cansado de dormir en la calle y que no estaba seguro de si tenía derecho a recibir asilo en Francia.
El presidente de Francia, François Hollande, prometió desmantelar el campamento en París, indicando que Francia ya no puede aceptar estos asentamientos migrantes, pero no está claro si su gobierno podrá impedir que se formen nuevos campamentos en París o Calais, especialmente mientras persiste la crisis migrante europea.
Aunque el último campamento fue el más grande a la fecha, es muy probable que surjan más. Las autoridades regionales han desalojado a más de 21.000 migrantes en 30 operaciones de este tipo desde junio de 2015.
París tiene programado abrir un nuevo centro de refugiados pronto, pero los grupos de ayuda dicen que su capacidad es demasiado pequeña para satisfacer la demanda.