La Policía de Kenia dispersó hoy una manifestación pacífica contra la corrupción en Nairobi lanzando gas lacrimógeno contra los manifestantes y periodistas, lo que ha provocado un gran número de heridos, según pudo constatar Efe.


Bajo el lema "Uhuru, actúa contra la corrupción ahora o dimite", cerca de 300 personas, entre ellas varios menores, participaban en la protesta que transcurría sin incidentes, entre bailes y cánticos, cuando de repente los agentes usaron gas lacrimógeno para dispersar a la multitud.


Sin previo aviso, lanzaron el gas desde ambos flancos de la protesta, atrapando a los manifestantes en un espacio cercado por alambre de espino y obligándoles a huir a través del mismo, lo que ha causado varios heridos.


Antes de que la Policía arremetiera contra los manifestantes, un agente aseguró a Efe que la concentración estaba siendo "muy pacífica" y que el gran despliegue policial en la zona era "preventivo".


El activista keniano Boniface Mwangi, que participaba en la protesta, denunció a través de su cuenta de Twitter que varios manifestantes han sido detenidos por la Policía.


Algunos periodistas también contaron que un grupo de personas -que no eran manifestantes- lanzaron piedras contra ellos para evitar que tomaran imágenes de la concentración, mientras que los agentes observaban el ataque sin impedirlo.


Varias ambulancias trasladaron al hospital a los heridos, entre los que figuran varios periodistas, que en estos momentos están recibiendo atención médica.


En la protesta, convocada por varias entidades cívicas contra la corrupción en las altas esferas del Gobierno, ondearon banderas kenianas junto a pancartas como "La corrupción es el enemigo real".


El objetivo de los organizadores era entregar una petición, que desde hace días recogía firmas a través de las redes sociales, para exigir al presidente del país, Uhuru Kenyatta, que actúe contra los numerosos casos de corrupción que implican a su Gobierno.


Precisamente hoy, el Parlamento ha iniciado una comisión de investigación contra la exministra de Administraciones Públicas Anne Waiguru por un supuesto desvío de siete millones de euros.


Según un informe de la Comisión Ética y de Anticorrupción del país africano (EACC, en inglés), la justicia keniana solo ha impuesto condenas con penas de cárcel en tres casos de corrupción entre 2013 y 2015, pese a haber recibido 9.465 denuncias durante ese tiempo.


La Policía keniana suele reprimir con dureza las protestas, la última de ellas en mayo, cuando al menos tres personas murieron en el país cuando se manifestaban contra las autoridades electorales, a quienes la oposición acusa de haber pactado el amaño de las elecciones presidenciales de 2017 con el Gobierno.


Entonces, las fuerzas de seguridad desplegaron a decenas de agentes y vehículos blindados en las calles de Nairobi, donde un manifestante murió debido a una brutal paliza policial, según la Comisión de Derechos Humanos de Kenia (KNCHR).

jlcg

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