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West Palm Beach, Florida.— Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, declaró ayer que es “triste” que Hillary Clinton se haya sumado a las gestiones para obligar a un recuento de votos de las elecciones en al menos tres estados cruciales.
El magnate dijo que Clinton “admitió la derrota” cuando lo llamó en la noche electoral “justo antes” de su discurso de victoria. Además, al día siguiente, la ex candidata demócrata llamó a “aceptar los resultados y mirar hacia el futuro”, recordó el republicano sobre el discurso que dio entonces la ex secretaria de Estado.
“Demasiado tiempo y dinero se gastará” con el recuento para obtener “el mismo resultado”, enfatizó el mandatario electo de la Unión Americana.
Jill Stein, aspirante del Partido Verde a la Casa Blanca, lanzó el pasado miércoles una iniciativa de recaudación de fondos para financiar un recuento de votos en Wisconsin, Pennsylvania y Michigan, todos ellos ganados por el millonario frente a Clinton por un estrecho margen.
De acuerdo con la campaña de la candidata Verde, hay pruebas “convincentes” de “anomalías” en la votación en los tres estados.
Wisconsin anunció que hará un recuento de los votos en respuesta a la petición formal presentada por Stein y a otra del candidato independiente Rocky Roque De La Fuente.
Trump también declaró haber ganado el voto popular, “si se deducen las millones de personas que votaron ilegalmente” en los comicios del pasado día 8. “Además de vencer de manera aplastante en [el sistema de] Colegio Electoral, gané en el voto popular si se deducen las millones de personas que votaron ilegalmente”, dijo Trump.
Bernie Sanders, senador federal de Vermont, un adversario de Clinton durante las elecciones primarias demócratas quien se volvió su aliado para la elección general, dijo: “Nadie espera que haya un cambio profundo, pero no tiene nada de malo realizar el proceso [del recuento de votos]”.
Trump tenía planeado regresar a Nueva York después de pasar el fin de semana del Día de Acción de Gracias en su residencia de West Palm Beach. Su equipo de transición dijo que el presidente electo agendó una serie de reuniones para hoy con prospectos para su gobierno. Entre los cargos que aún tiene por llenar están el de encargado del Departamento de Estado.
Ayer apareció la división interna al respecto cuando la asesora Kellyanne Conway manifestó su preocupación respecto a la posibilidad de que Mitt Romney obtenga un cargo tan significativo. Los partidarios de Trump “se sienten un poco traicionados de que se pueda llevar allá a Romney después de todo lo que hizo”, subrayó Conway. “Ni siquiera sabemos si votó por Donald Trump. Él y sus asesores sólo fueron terribles hacia Donald Trump durante un año”. Conway agregó que ella sólo refleja “lo que dice la base
popular”.