En paz, sin alarmas y con serenidad, Cuba empieza a sobrellevar las primeras horas posteriores a la muerte de Fidel Castro Ruz, el más importante revolucionario comunista en la historia de América, uno de los más controvertidos personajes de la política mundial de los últimos 60 años, el hombre que más tiempo gobernó en el hemisferio occidental y uno de los principales rivales ideológicos de Estados Unidos de los siglos XX y XXI.
Por primera vez en 57 años, 11 meses y 25 días de revolución, los cubanos han pasado dos noches sin la existencia física del líder que, con 90 años que cumplió el pasado 13 de agosto y falleció antenoche a las 22:29 horas cubanas (21:29 tiempo de México, zona centro), colocó a Cuba en el mapa de la geopolítica global como uno de los referentes —exitosos o fracasados— del socialismo internacional.
La noticia de la muerte de Castro —quien, como victorioso de las fuerzas guerrilleras que derrocaron al dictador Fulgencio Batista, primer ministro o presidente, rigió los destinos de Cuba del primero de enero de 1959 al 31 de julio de 2006— fue difundida antenoche en la televisión cubana por su hermano y sucesor, el general y presidente Raúl Castro Ruz.
Por enfermedad, y con 79 años, el ahora fallecido Comandante en Jefe cedió el poder a su hermano, primero temporalmente y, desde 2008, en forma definitiva: lo nombró primer secretario del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC) y presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
En un hecho que, aunque alteró la normalidad en la isla a partir del viernes, era esperado por los cubanos por la avanzada edad del ex mandatario y por el deterioro de su salud, la desaparición del socialista que instaló el primer régimen comunista en el continente americano y desafió a Estados Unidos —su vecino a 144 kilómetros— al aliarse de 1960 a 1991 con la entonces y ahora desaparecida Unión Soviética, atizó las conjeturas sobre el futuro de la mayor isla de las Antillas.
La sucesión. El PCC determinó en 2011 que los máximos jerarcas de los Consejos de Estado y de Ministros sólo podrán gobernar por dos mandatos consecutivos de cinco años.
En febrero de 2018 deberá concluir el periodo del general Raúl Castro, protagonista clave del deshielo o reconciliación con EU anunciado en diciembre de 2014 e iniciado en secreto 18 meses antes y que provocó que Washing-
ton y La Habana restablecieran sus relaciones diplomáticas en 2015, tras 54 años de ruptura. El Comandante expresó escasa euforia por el reencuentro con la Casa Blanca.
En el enroque generacional sucesorio están Miguel Díaz-Canel, designado en 2013 como primer vicepresidente de ambos consejos y primer dirigente cubano nacido luego del triunfo de la revolución en ese puesto de relevo directo, y Alejandro Castro Espín, hijo del presidente, militar y estrecho asesor de su padre.
Hacia el oriente. Una comisión del Comité Central del PCC, el gobierno y el Estado para las honras fúnebres informó ayer que las cenizas de Castro serán depositadas el próximo 4 de diciembre, a las 07:00 horas, en el cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago, en el oriente de la isla. Los restos reposarán cerca de los de José Martí, apóstol de la independencia de Cuba, asesinado en 1895 en la guerra contra la corona española por la emancipación.
Castro atribuyó a Martí la responsabilidad intelectual de un suceso trascendental para Cuba, que dirigió y por el que cayó preso: el asalto, el 26 de julio de 1953, contra el Cuartel Moncada y otras bases militares de Santiago.
El duelo nacional durará nueve días, a partir de ayer. La comisión informó que, mañana y el martes y en el contexto de las ceremonias, los cubanos firmarán “el solemne juramento” de cumplir los conceptos de revolución de Castro y como voluntad de “dar continuidad a sus ideas y a nuestro socialismo”.
Mañana, de las 09:00 a las 22:00 horas, y el martes, de las 09:00 a las 12:00, la población capitalina podrá acudir al Memorial José Martí, en la Plaza de la Revolución, a honrar a Castro, anunció. El martes a las 19:00 habrá un acto de masas en esa plaza y al día siguiente se iniciará el traslado de sus cenizas por el mismo recorrido, pero en sentido contrario, de La Caravana de la Libertad, el viaje terrestre de Castro a La Habana tras la caída de Batista. La inhumación será a las 07:00 horas del 4 de diciembre.