El mexicano-estadounidense César Vargas, primer abogado indocumentado de Nueva York, lideró la “Caravana del Valor”, integrada por seis activistas por la defensa de los indocumentados en Estados Unidos. Ayer terminaron su travesía de dos días delante de la Casa Blanca, una marcha en la semana de Acción de Gracias para alzar la voz de los amenazados por el discurso antiinmigrante utilizado por el presidente electo Donald Trump.

¿Cuál era el motivo de esta “Caravana del Valor”?

—Empezamos la caravana en Nueva York [delante de la Torre Trump], para mandar el mensaje a [el presidente electo] Donald Trump de que nuestra comunidad no va a tener miedo aunque haya visto su retórica antiinmigrante. [La terminamos en la Casa Blanca] porque, y todavía más importante, Barack Obama aún es presidente y tiene un gran poder para proteger a nuestras familias.

¿Quieren darle algún significado terminando justo el Día de Acción de Gracias?

—Mientras muchas familias están celebrando con sus seres queridos, la realidad es que hay muchas personas en [centros de] detenciones, encarceladas sólo por venir a Estados Unidos para buscar una vida mejor. El presidente tiene una decisión sobre cuál va a ser su legado: si va a ser el presidente que ha deportado más personas de la historia, el “deportador en jefe”, o el campeón que estuvo al lado de los latinos y tomó acción en los últimos días de su presidencia para proteger a nuestras familias.

¿Qué puede hacer Barack Obama en los dos meses que le quedan en la Casa Blanca?

—Tiene mucho poder. Ahorita tiene el poder de cerrar las prisiones privadas que están contratadas con corporaciones. Lo ha hecho con el Departamento de Justicia, donde eliminaron los contratos con prisiones privadas, y lo mismo puede hacer con el Departamento de Seguridad Nacional y cerrar los centros de detención privados [para indocumentados] que están encarcelando familias (...). No podemos ser una nación donde estamos encarcelando familias solamente por querer una vida mejor.

También puede perdonar las violaciones migratorias de los dreamers [soñadores, jóvenes indocumentados amparados en el programa DACA] y sus familias. Puede dejarlos ingresar al ejército. El presidente tiene todavía mucho poder, y así como antes de DACA pensaba que no tenía el poder, después reconoció que lo tenía, porque lo empujamos. Eso es lo que estamos haciendo ahora.

El futuro espera a Trump. ¿Existe miedo por su presidencia?

—Definitivamente el temor es real. Estamos viendo eso en nuestras comunidades. Pero no vamos a tener miedo, vamos a seguir luchando, no vamos a dejar que el miedo nos dicte qué vamos a hacer los próximos años. Vamos a seguir luchando por esa reforma migratoria, vamos a seguir luchando para proteger a nuestras comunidades. Por eso lanzamos esta “Caravana de valor”. Las personas directamente afectadas vamos a estar marchando por nuestra comunidad, vamos a estar marchando y decir al país y a Donald Trump que no tenemos miedo.

¿Tienen la esperanza de que el presidente electo suavice su discurso antiinmigrante?

—Estamos viendo que ha cambiado sus posiciones y entendemos que la política de una campaña y la política de ser presidente son diferentes. Vamos a dar la oportunidad a Donald Trump de que trabaje con nosotros. Si de verdad quiere trabajar que hable con nosotros, lo invitamos a que hable con nosotros para entender los temas de una manera muy personal.


¿Se han puesto en contacto con su equipo?

—Vamos a empezar poniéndonos en contacto con los líderes latinos con los que ya ha hablado.

Mientras, ¿seguirán con las protestas y marchas?

—Va a haber muchas marchas. Para nosotros lo más importante es elevar las voces de los directamente afectados, para asegurar que estas personas, nosotros, los indocumentados, los soñadores, no vamos a tener miedo. Yo voy a seguir alcanzando a la comunidad latina, como abogado, y voy a proteger mi comunidad, mi familia. Y esperamos ver cómo Donald Trump cambia sus posiciones para ver si podemos tener una reforma migratoria.

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