Caracas.— La oposición venezolana dijo ayer que el diálogo con el gobierno quedó congelado luego que representantes del presidente Nicolás Maduro no asistieran a dos reuniones pautadas la noche del martes.
Horas más tarde, el mandatario negó que la delegación del gobierno se haya levantado de la mesa del diálogo con la alianza Mesa de la Unidad Democrática (MUD), bajo mediación del Vaticano, y afirmó que “seguirá avanzando”, pese a las dificultades que dijo existen.
“Todo el compromiso por encima de las bajezas de la violación de los acuerdos, todo el compromiso de paz” se mantiene, dijo Maduro desde el palacio de Miraflores, tras reunirse con el ex jefe del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, uno de los mediadores en las conversaciones iniciadas hace casi un mes.
“La mesa de diálogo sigue avanzando, se va consolidando”, afirmó, sin explicar el por qué los representantes del gobierno no asistieron a las reuniones del martes.
Jesús Torrealba, secretario ejecutivo de la MUD, dijo que el “gobierno, de manera irresponsable, congeló el proceso de diálogo” al no asistir a las reuniones de las comisiones técnicas.
En la última reunión, del 11 de noviembre, las facciones firmaron un acuerdo de convivencia y acordaron buscar solución al desacato dictado por la justicia sobre el Parlamento. Para ello, la oposición cedió, y desincorporó a tres diputados objetados por el Tribunal Supremo.
Como gesto a las conversaciones, la oposición también enfrió su agenda de protestas y el gobierno de Maduro liberó a un puñado de políticos detenidos y considerados por la oposición como “presos políticos”.
Por otra parte, Maduro aprobó un decreto para una “reestructuración absoluta” y “un golpe de timón” de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), para “vencer la corrupción y la burocracia” que, según dijo, están presentes en esa empresa.
“Estamos preparados para iniciar una tercera etapa de PDVSA para lograr que sea una empresa poderosa, indestructible. Aquí están las líneas para la transformación socialista de PDVSA”, señaló en un acto en la casa de gobierno con trabajadores del sector petrolero. El proceso se centrará en la sustitución de importaciones para bajar los costos y el aumento de la producción de crudo.
El pasado 16 de noviembre el Parlamento venezolano, de mayoría opositora, aprobó la determinación de responsabilidad política del ex presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, a quien acusan de estar implicado en casos de corrupción por 11 mil millones de dólares.