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Bogotá.— El gobierno y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) realizarán la firma protocolaria y definitiva al nuevo acuerdo de paz mañana en la capital colombiana para arrancar con el proceso de refrendación en el Congreso y su posterior implementación, informaron ayer fuentes oficiales.
Las partes detallaron en un comunicado conjunto que la firma entre el presidente Juan Manuel Santos y el máximo líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, será en el céntrico y tradicional Teatro Colón, a las 11:00 horas locales.
“Las delegaciones acordamos que el mecanismo de refrendación de este acuerdo será a través del Congreso de la República y estamos precisando los procedimientos que se van a utilizar para este propósito”, detalló el texto emitido por los representantes del Ejecutivo y la guerrilla tras una reunión en Bogotá.
La firma al nuevo acuerdo logrado el pasado 12 de noviembre por las partes en Cuba incluye cambios en 56 de 57 ejes temáticos. El gobierno y las FARC han insistido en la necesidad de implementar rápidamente el nuevo acuerdo que abarca las objeciones planteadas por los sectores que rechazaron el original en un plebiscito, debido a que el alto el fuego bilateral decretado en agosto pasado atraviesa por un momento de “fragilidad”.
Tras el fracaso en el plebiscito del 2 de octubre Santos, premio Nobel de Paz, convocó a todas las fuerzas políticas y sociales a crear un nuevo acuerdo que incluyera a todas las partes.
El partido de derecha radical Centro Democrático, liderado por el ex presidente y senador Álvaro Uribe, hizo parte de ese proceso que dejó más de 500 propuestas que fueron discutidas por el gobierno y las FARC en La Habana.
No obstante, Uribe y su bancada se han declarado en desacuerdo con el nuevo texto y han pedido que no sea definitivo, lo cual ha sido rechazado por el Ejecutivo. Desde la semana pasada Santos y el jefe de la delegación gubernamental, Humberto de la Calle, han buscado el apoyo del ex presidente al nuevo pacto, pero el partido de oposición argumentó que sigue insatisfecho con varios puntos que quieren discutir con las FARC, incluyendo el tema de que la guerrilla pueda ocupar cargos de elección popular.
La guerrilla descartó la posibilidad de hablar con Uribe por considerar que con eso se busca dilatar la firma del pacto de paz y el comienzo del proceso de implementación en el Congreso.
“Uribe malgobernó, corrompió y ensangrentó a Colombia durante ocho años y nunca quiso La Paz sino la derrota de las FARC, no pudo. Dilatar no”, escribió en su cuenta de Twitter alias Pablo Catatumbo, uno de los negociadores del grupo rebelde.
Santos, por su parte, lamentó que “algunos de los sectores más radicales del ‘no’” se sigan oponiendo al acuerdo. “Lamento de veras esa posición”, dijo. Aseguró además que el Congreso refrendará el pacto porque es la mejor opción.
Entre las bondades que destaca el gobierno del nuevo pacto está el uso de los recursos de las FARC para reparar a las víctimas, para lo cual tendrán que entregar un inventario de bienes y activos.
Por otra parte, se excluyó explícitamente a las FARC “de la posibilidad de presentar candidatos en las circunscripciones especiales para la paz”. Asimismo, “se redujo la financiación del partido que surja de las FARC. Se redujeron las emisoras, que se compartirán con las víctimas y las comunidades”.
“Sobre narcotráfico, los que vayan a la Jurisdicción de Paz deben entregar toda la información detallada para que se puedan establecer responsabilidades”, precisó De la Calle.
El gobierno y las FARC, que iniciaron la negociación a finales de 2012 en La Habana, firmaron el 26 de septiembre en Cartagena de Indias el primer pacto, que quedó en el limbo al ser rechazado por una estrecha mayoría de votantes en el plebiscito.