El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, recibió este fin de semana a un desfile de funcionarios en el club de su centro de golf, en New Jersey, mientras decide quién formará parte de su nuevo gobierno.
En la agenda de ayer estaban las visitas del gobernador de New Jersey, Chris Christie; el ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, y el secretario de Estado de Kansas, Kris Kobach.
“Hemos visto un talento tremendo”, comentó Trump el sábado. “Gente que, como yo digo, ‘Hace Estados Unidos grande de nuevo’”.
El magnate dijo a la prensa que eran “muy posibles” más anuncios de designaciones. Entre los nombres que destacan también están el general retirado James Mattis, quien sería considerado como secretario de Defensa, así como el ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney, a quien se analiza como secretario de Estado.
Quien también se perfila para ese cargo es el ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, uno de los aliados más leales del republicano.
La disputa por el puesto comenzó después de que Mike Pence comentó que Mitt Romney es un “fuerte contendiente” para ser el titular del Departamento de Estado. La relación entre el ex gobernador de Massachusetts y Trump fue tensa durante la campaña presidencial. Sin embargo, ya hicieron las paces.
Anteriormente, Giuliani había sido considerado también para secretario de Justicia, pero el senador Jeff Sessions ya recibió esa encomienda.
En tanto, Trump también se reunió con el multimillonario Wilbur Ross, en su búsqueda de un secretario de Comercio.
Al cuestionar a Ross sobre si está interesado en el puesto, él sólo respondió: “El tiempo lo dirá”.
El magnate tuvo un encuentro con el general de marines retirado James Mattis y dijo en un mensaje en Twitter que quedó muy impresionado con él.
“¡Un verdadero general de generales!", añadió el magnate, quien señaló abiertamente que Mattis “está siendo considerado para secretario de Defensa”. Sin embargo, según apuntó ayer CNN, Mattis necesitaría un permiso previo del Congreso para poder ser nombrado secretario de Defensa, pues las normas establecen que los militares retirados deben haber estado inactivos durante siete años antes de asumir ese tipo de puesto.