Al menos 17 civiles, entre ellos 11 niños, murieron en las últimas horas en combates entre las tropas del régimen sirio y los insurgentes en la dividida ciudad de Aleppo, informó ayer el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos.

Siete niños murieron en un ataque insurgente contra una escuela en el oeste de Aleppo, controlado por el régimen, informó la organización.

En otro evento, seis miembros de una misma familia murieron durante la noche, cuando los helicópteros lanzaron de forma indiscriminada barriles bomba en los barrios del este. Entre las víctimas hay cuatro niños, señaló el Observatorio.

El organismo también informó que al menos 30 personas fallecieron en los pasados tres días por bombardeos en zonas de la región de Guta Oriental, el principal bastión de la oposición en las afueras de Damasco.

El gobierno sirio ha intensificado sus ataques en el este de Aleppo, en un intento de desbancar a los combatientes en la zona.

Activistas locales indicaron esta semana que los ataques del régimen han estado apoyados desde el aire por sus aliados rusos, una afirmación que Moscú ha negado.

Se cree que unas 300 mil personas están cercadas por las fuerzas del gobierno de Damasco en el este de Aleppo, donde apenas pueden cubrir sus necesidades básicas porque escasea la comida, el agua potable, la asistencia médica y la electricidad.

En tanto, el gobierno sirio rechazó la propuesta de la ONU de convertir el este de Aleppo en una área de administración autónoma, dijo el ministro de Asuntos Exteriores, Walid al Moallem.

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