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El presidente electo Donald Trump eligió al senador por Alabama Jeff Sessions como secretario de Justicia y al representante Mike Pompeo como director de la CIA.
Los anuncios se dan poco después de que se informó de la decisión de Trump de escoger al ex director de la inteligencia militar Michael Flynn como asesor de seguridad nacional.
Tanto Sessions, como Flynn y Pompeo son duros críticos del gobierno de Barack Obama especialmente en el área de política internacional y lucha contra el terrorismo. La designación de Sessions y Flynn es también una recompensa por haber apoyado sólidamente a Trump durante la campaña electoral.
Trump es un novato en política exterior y sus decisiones de personal están siendo observadas de cerca por los expertos tanto a nivel nacional como internacional.
Tanto Sessions como Pompeo deben ser confirmados por el Senado; Flynn no.
Flynn, quien ha calificado al islam como "una ideología política" que "se disfraza de religión", trabajará en el ala ejecutiva de la Casa Blanca y tendrá acceso directo al presidente. Trump dijo el viernes en un comunicado que Flynn "estará a mi lado en nuestra labor para derrotar al terrorismo islámico, al enfrentar desafíos geopolíticos y proteger a los estadounidenses tanto en el país como en el extranjero".
Al igual que Trump, Flynn ha favorecido una relación más amistosa con Rusia. Pero su amabilidad hacia Moscú ha causado inquietud entre expertos, especialmente a raíz de un viaje que hizo a Moscú para ir junto con el presidente Vladimir Putin a celebrar el canal de televisión RT, que goza de apoyo oficial. Flynn admitió que le pagaron para estar allí pero negó que haya estado cooperando con la maquinaria propagandística rusa.
Sessions fue el primer senador en avalar a Trump durante la campaña, felicitándolo por sus comentarios sobre inmigración. El viernes, Trump calificó a Sessions de "un experto en leyes a nivel internacional".
Pero Sessions podría encarar cierta resistencia, incluso de sus correligionarios republicanos. Cuando fue nominado como juez federal en 1986, surgieron denuncias de que hizo comentarios racistas cuando era fiscal en Alabama.
Sessions se ha enfrentado a los dos secretarios de justicia demócratas anteriores, en el tema de sobre si los sospechosos de terrorismo pueden gozar de derechos constitucionales, y sobre el tema del cierre de la cárcel en la base naval de Guantánamo. Además ha sido partidario del derecho de un secretario de justicia a negarse a seguir instructivos de un presidente si carecen de base legal.
Pompeo es un republicano de derecha y un férreo crítico del acuerdo que varias potencias mundiales llegaron con Irán para que Irán limite sus actividades nucleares.
Pompeo ha dicho que los líderes musulmanes "potencialmente son cómplices" en el terrorismo si no condenan enfáticamente toda la violencia que se comete en nombre del islam. "Deben citar al Corán como prueba de que la matanza de inocentes no está permitida", dijo en el Congreso en el 2013.
Trump calificó a Pompeo de "líder implacable para que nuestras agencias de seguridad garanticen la seguridad de los estadounidenses y de nuestros aliados".
Flynn ha sido un duro crítico de la política exterior y la estrategia militar del presidente Barack Obama, mucho antes de ser asesor de Trump durante la campaña. Aunque el cargo de asesor de seguridad nacional no requiere confirmación del Senado, Flynn trabajaría en el ala ejecutiva de la Casa Blanca y tendría acceso directo al presidente.
Flynn, quien el próximo mes cumple 58 años de edad, tenía reputación de profesional astuto de expresión directa cuando se convirtió en director de la Agencia de Inteligencia de Defensa en el 2012. Al retirarse dos años después, dejó en claro que discrepaba de la estrategia de Obama a nivel internacional y en particular en cuanto a la lucha contra el grupo extremista Estado Islámico.
Flynn ha sido partidario de una cooperación más estrecha con Moscú, algo en lo que coincide con Trump. Pero su benevolencia hacia Rusia ha causado cierta consternación en el mundo de la seguridad nacional.
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