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Mike Pompeo, escogido hoy por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, para dirigir la CIA, es un legislador ultraconservador que ganó relevancia como férreo miembro del comité de investigación abierto a Hillary Clinton sobre el atentado en el consulado estadounidense de Bengasi (Libia).
Pompeo, de 52 años, formó parte de este comité especial del Congreso para abordar el ataque en Bengasi de 2012, cuando Clinton era secretaria de Estado, y en el que fallecieron cuatro estadounidenses, entre ellos el embajador Chris Stevens.
Aunque el comité bipartidista no halló evidencias de mala práctica por parte de la candidata presidencial demócrata, Pompeo y el también republicano legislador por Ohio Jim Jordan redactaron un anexo en el que aseguraban estar convencidos de un "encubrimiento".
Pompeo y Jordan también sostuvieron que la ex secretaria de Estado "estaba aparentemente más preocupada por la política y su legado que por proteger a su gente en Bengasi".
Formado en la Academia Militar de West Point y graduado en Derecho por la Universidad de Harvard, el futuro director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) llegó a la Cámara de Representantes en 2011 como legislador por Kansas, como parte de la ola del movimiento ultraconservador del Tea Party.
Entre 1986 y 1991, sirvió con las Fuerzas Armadas estadounidenses y estuvo destinado en Europa "patrullando el Telón de Acero antes de la Caída del Muro de Berlín", según su página web en el Congreso.
"Estoy honrado de haber recibido la oportunidad de servir y trabajar junto con el presidente Trump para mantener a EU seguro. Estoy deseando trabajar con los guerreros de la inteligencia de EU que hacen tanto para proteger a los estadounidenses todos los días", afirmó en un comunicado al aceptar el cargo.
Durante sus cinco años en el Congreso fue, además, miembro del comité de inteligencia de la Cámara de Representantes, desde el que se supervisan los programas de espionaje de las diversas agencias federales.
Pompeo es un crítico frontal de la política exterior del presidente Barack Obama, especialmente del acuerdo nuclear con Irán, y ha atacado con vehemencia la "complicidad" de los líderes musulmanes estadounidenses con el yihadismo.
"Cuando los más devastadores ataques terroristas en EU en los últimos 20 años provienen de manera abrumadora de gente de una religión específica y se cometen en el nombre de esa religión, una obligación especial recae en los líderes de esa religión", aseguró en 2013 en el Congreso tras los atentados del maratón de Boston.
En este sentido, Pompeo subrayó que "en lugar de responder, el silencio ha hecho que estos líderes islámicos a lo largo de EU sean potencialmente cómplices de estos actos y, de manera más importante aún, de que aquellos que pueden venir".
También ha sido un sólido defensor de los programas de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) destapados por el ex agente Edward Snowden, buscado por la Justicia estadounidense y actualmente refugiado en Rusia, que ha calificado "no solo de legales y constitucionales, si no consistentes" con la "misión crítica de derrotar a los terroristas islámicos".
Pese a ser escogido por Trump, el legislador por Kansas no optó en primer lugar por el magnate neoyorquino como candidato republicano en las elecciones primarias del Partido Republicano, ya que ofreció su respaldo al senador por Florida, Marco Rubio.
No obstante, tras la renuncia de Rubio, Pompeo expresó su apoyo a Trump y formó parte de un grupo de legisladores que activamente hicieron campaña en favor de su nominación presidencial.
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