El presidente Vladimir Putin firmó un decreto el miércoles retirando la firma de Rusia del tratado de fundación de la Corte Penal Internacional (CPI), cuyos pronunciamientos Moscú ha calificado de tendenciosos.
El decreto, con efecto inmediato, dijo que Rusia no ratificaría el tratado de fundación de la CPI, que había firmado en el 2000. Al no haberlo ratificado, Moscú no estaba sujeto a la jurisdicción de la corte y por lo tanto sus decisiones eran simbólicas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia dijo en un comunicado que la corte había acusado injustamente a fuerzas rusas involucradas en una breve guerra del 2008 con Georgia.
Un reporte divulgado el lunes por la Oficina del Fiscal de la CPI enfureció a Moscú por referirse a la anexión de Crimea, que era parte de Ucrania, en el 2014 como un conflicto armado.
Rusia también está bajo presión internacional por su campaña de ataques aéreos en Siria para apoyar al gobierno local. Algunos activistas de derechos humanos y funcionarios de Estados Unidos han acusado a Moscú de bombardear civiles, aunque Rusia lo niega.
"Desafortunadamente, la corte no ha justificado las esperanzas puestas en ella y no se ha convertido en un órgano genuinamente independiente de la justicia internacional", dijo la cancillería. "Dice mucho que en sus 14 años de trabajo, la CPI haya dictado solo cuatro veredictos y gastado más de mil millones de dólares", añadió.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo a periodistas que la decisión de retirar la firma de Rusia fue tomada "por el interés nacional" y fue una formalidad ya que no cambia nada en cuanto a la jurisdicción.
La CPI, basada en La Haya, Holanda, fue creada cuando 120 países adoptaron el Estatuto de Roma, su tratado fundacional, en 1998.
Surgida de los juicios de Núremberg después de la Segunda Guerra Mundial y tribunales especiales de crímenes de guerra para la ex Yugoslavia y Ruanda, la corte es el primer organismo legal con jurisdicción permanente para realizar juicios por genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra. Varios países africanos han dicho que abandonarán la CPI, acusándola de parcialidad