Rudy Giuliani, el principal prospecto de Donald Trump para el cargo de secretario de Estado, ha asesorado a personalidades políticas del extranjero y trabajado para firmas de cabildeo y seguridad, cuyos clientes tenían complicadas relaciones con el gobierno de Estados Unidos.
Giuliani puso furiosa a la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton cuando viajó a Belgrado en 2012 para asesorar a un partido político serbio alguna vez aliado de una facción nacionalista. En aquella ocasión, Clinton describió las actividades de Giuliani en Serbia como "indignantes" en un correo electrónico dirigido a un colaborador.
El trabajo de Giuliani para clientes extranjeros y corporativos muestra que podría afrontar las mismas críticas de ética que planteó sobre los vínculos de Clinton con donadores de gobiernos extranjeros y corporativos a través de la Fundación Clinton.
Giuliani ha defendido su trabajo en el extranjero y afirmó que jamás cabildeó a favor de ningún interés particular, extranjero o no extranjero.
lsm