El alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, reiteró hoy que esta ciudad ofrece santuario a los indocumentados desde 1983 y extendió su ayuda a los inmigrantes que se sientan amenazados por las posibles medidas migratorias del presidente electo Donald Trump.

En un comunicado difundido hoy, Emanuel declaró que desde la elección presidencial, "aumentó la incertidumbre entre las comunidades inmigrantes de Chicago y de toda la nación".

Reiteró que desde hace 33 años rige en esta ciudad la llamada ley de santuario, que fue actualizada a comienzos de octubre pasado, donde la Policía y los funcionarios municipales tienen prohibido preguntar el estatus migratorio de las personas, y tampoco colaboran con Inmigración en la detención de indocumentados para deportación.

Emanuel dijo que Chicago ha sido una ciudad de inmigrantes desde su fundación, donde siempre se ha recibido a personas de todas las religiones y orígenes, "y aunque cambien los gobiernos, nuestros valores y compromiso de inclusión no lo harán", aseguró.

En el comunicado se informa que las personas que tengan preocupaciones o preguntas sobre su estatus migratorio, o necesiten información sobre recursos legales y servicios de apoyo, pueden llamar al teléfono de emergencias de la Alcaldía.

La ordenanza de 1983, actualizada este año, establece que la Policía no puede cuestionar el estatus migratorio de las personas, o amenazarlas con deportación, introduce nuevas definiciones para coerción y abuso verbal e incluye la amenaza verbal.

Los empleados municipales en general tienen prohibido presionar a las personas para que hagan declaraciones, y en el caso de que violen lo dispuesto recibirán sanciones disciplinarias.

El comunicado señala además que Chicago comenzará a emitir a fines de 2017 una identificación municipal, que podrán solicitar los indocumentados.

En Illinois, los indocumentados también tienen acceso a una licencia de conducir especial, que no requiere el número de seguro social.

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