Tal como se esperaba, el escándalo por el video en el que Donald Trump hace comentarios sexuales y ofensivos contra las mujeres, fue abordado a los pocos minutos de iniciar el segundo debate presidencial, en la Universidad de Washington en Saint Louis, Missouri.
Anderson Cooper, presentador de CNN y uno de los moderadores del encuentro, señaló al magnate republicano que el tema del video fue uno de los más buscados por los usuarios de las redes sociales en los últimos días, a lo que Trump respondió que sus comentarios fueron malinterpretados.
“No se entendió lo que quise decir. Estas son bromas masculinas, presento una disculpa a mi familia y a las mujeres. Estoy muy avergonzado por esto, lo detesto, pero son sólo bromas masculinas”, aseguró.
“Nadie tiene más respeto por la mujer que yo. Estoy avergonzado por lo que se escucha en ese video, pero tengo mucho respeto por la mujer y las mujeres me respetan a mí”, aseguró el magnate y buscó desviar el tema a la lucha contra el Estado Islámico.
Por su parte, la candidata demócrata Hillary Clinton aseguró que el video en cuestión, en el que asegura que por ser una figura famosa puede hacer lo que quiera con las mujeres, “representa exactamente la clase de persona que es”.
“Lo hemos visto (a Trump) criticar, juzgar y avergonzar a las mujeres. Pasó una semana criticando a una ex miss universo, Alicia Machado”, recordó la demócrata.
Aseguró que desde el inicio de su campaña, el magnate también ha “atacado a latinos, afroamericanos, refugiados, veteranos”.
“EU ya es un gran país porque somos buenos y vamos a respetarnos mutuamente y vamos a celebrar nuestra diversidad”, declaró.
El candidato republicano reviró diciendo que “lo mío fueron palabras, lo de Bill Clinton fueron actos”.
Trump reiteró que Bill Clinton, esposo de Hillary, atacó violentamente a varias mujeres durante su carrera política. “Esas mujeres están aquí. Así que no me hablen de palabras. Hillary Clinton debe estar avergonzada de si misma por juzgarme por palabras que dije hace 11 años”, espetó.
El magnate continuó en su ataque a la demócrata al recordar el escándalo de los miles de correos electrónicos que la entonces secretaria de Estado de EU envió desde un servidor privado.
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