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El largo camino de AL hacia la igualdad

Autoridades revisan el cuerpo de un joven negro asesinado en Río de Janeiro, en junio pasado (ARCHIVO. AP)
09/10/2016 |00:59
Redacción El Universal
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Buenos Aires.— “No creo que la capacidad de discriminación sea propia de la naturaleza humana; al contrario, es una condición cultural y social”, dijo a EL UNIVERSAL Javier Buján, el titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), un organismo gubernamental argentino.

Buján dialogó con este diario en el contexto de la Cuarta Reunión Extraordinaria de la Red Iberoamericana de Organismos y Organizaciones contra la Discriminación (RIOOD), que se realizó aquí a fines de agosto para trazar estrategias conjuntas de lucha en la región. “Nuestro desafío en la RIOOD es hacer un mapa de discriminación de toda América Latina, con tablas e indicadores comunes”, dijo. “Debemos construir una sociedad de convivencia, no de tolerancia. Hay sociedades que logran un mayor nivel de reducción de la discriminación y América Latina está haciendo un gran esfuerzo”.

En Argentina, país que preside la RIOOD, una encuesta del INADI muestra que 46% de los migrantes experimentaron discriminación en el ámbito laboral; 35% en el ámbito educativo; 30% en la calle; 10% en los hospitales y 5% en eventos sociales. “En cada contexto histórico, la sociedad pone en práctica un conjunto de clasificaciones que permiten a sus miembros identificarse a sí mismos e identificar a los otros”, indica el informe.

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Además, 77% de los indígenas —o sus descendientes— experimentó en Argentina algún tipo de discriminación. En cuanto al ranking de las nacionalidades, los más discriminados son los bolivianos (44%, según la percepción social, en una encuesta del INADI), luego los peruanos (22%) y los paraguayos (18%). “El fin de la discriminación es alcanzar la igualdad de oportunidades para todos y debemos trabajar con ese objetivo”, dijo Buján.

América Latina no logra todavía acabar con la discriminación de afros e indígenas. En agosto, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de Naciones Unidas examinó el caso de Paraguay y declaró que en ese país hay un caso de “discriminación estructural” contra indígenas y afroparaguayos. “Buscamos que el Estado aumente sus tareas para eliminar el analfabetismo y garantizar la educación para los niños indígenas y afroparaguayos”, señaló Ismael González, analista en derechos civiles de la comunidad afro local. “Las condiciones de trabajo y vida no ayudan”.

En Brasil, un informe reciente de Amnistía Internacional puso el foco en la violencia policial contra los negros. Según datos de acceso público, en la ciudad de Río de Janeiro, de los mil 275 casos registrados de homicidios cometidos por policías entre 2010 y 2013, 99.5% de las víctimas eran hombres, 79% eran negros y 75% tenían entre 15 y 29 años.

“La afirmación de la policía de que las víctimas tenían vínculos con la delincuencia se convirtió a menudo en justificación recurrente para el uso de la fuerza letal”, indicó el informe. “El discurso oficial culpa a la propia víctima, estigmatizada por el racismo, la guerra contra las drogas y la criminalización de la pobreza”. Para el especialista en seguridad pública Luiz Eduardo Soares, de Río de Janeiro, “en determinados territorios, los jóvenes negros sufren hasta 30 veces más de violencia letal”.

La reunión de la RIOOD en Buenos Aires contó con la visita de dos invitadas de lujo: Rigoberta Menchú y Shirin Ebadi, ambas ganadoras del Nobel de la Paz. Conmovida por la situación que viven los refugiados sirios en el mundo, Latinoamérica incluida, Ebadi, activista defensora de los derechos de las mujeres islámicas, señaló: “Cada país debe recibir al extranjero no sólo por un compromiso humanitario, sino también pensándolo como fuerza laboral activa. Si lo recibe de buen modo, el refugiado le dará todo”.