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Washington.— La Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos rechazó ayer reconsiderar la ampliación de Programa de Acción Diferida para Llegados en la Infancia (DACA) y su versión para adultos (DAPA), impulsados por el presidente Barack Obama.
La decisión del máximo tribunal sobre las acciones ejecutivas migratorias del mandatario ocurrió luego de que los magistrados las mantuvieron en suspenso a raíz de un empate judicial el pasado 23 de junio. Las medidas de Obama buscaban beneficiar a casi 5 millones de indocumentados, la mayoría mexicanos. “Hoy, la Suprema Corte permitió nuevamente que la política se entrometiera en el camino de la justicia”, deploró el director interino del Latino Victory Fund, César Blanco.
El rechazo del tribunal a reconsiderar el alivio migratorio mantiene como válido el fallo de la Corte del Quinto Circuito de Apelaciones de Nueva Orleans, que decidió poner en suspenso la ampliación DACA y DAPA.
El desenlace del caso fue visto como una derrota para la política migratoria del presidente Obama, quien emitió sus acciones ejecutivas ante la falta de acción del Congreso para someter a votación final una reforma migratoria.
La ampliación del Programa de Acción Diferida para Llegados en la Infancia (DACA) buscaba beneficiar a más de 300 mil jóvenes indocumentados, como complemento al programa original que beneficiaba desde 2012 a unos 700 mil menores sin autorización migratorias.
Su versión para adultos, DAPA, buscaba beneficiar a más de 4 millones de padres indocumentados con hijos que fueran ciudadanos estadounidenses o residentes legales permanentes.
En ambos casos, la mayoría de beneficiarios potenciales eran inmigrantes mexicanos.
Los dos programas fueron impugnados por 26 estados del país encabezados por Texas, bajo el argumento de que las acciones ejecutivas migratorias del presidente los forzaban a incurrir en gastos por la obligación de expedir documentos de identidad a los inmigrantes indocumentados.
Texas celebra. Texas celebró la decisión de la Suprema Corte de Justicia de declinar la petición de la administración del presidente Obama de reconsiderar la ampliación de los programas de inmigración.
El procurador general de Texas, Ken Paxton, elogió la decisión del máximo tribunal judicial del país, en un comunicado en el que critica la extralimitación del presidente para tratar de sobrepasar al Congreso en asuntos de inmigración.
Por su parte, grupos defensores de los derechos de los inmigrantes acusaron a los cuatro magistrados conservadores de la Suprema Corte, de estar jugando a la política en vez de mirar los méritos del caso.
“La decisión de la Suprema Corte significa que hasta 5 millones de inmigrantes en Estados Unidos permanecerán en constante temor de ser separados de sus familias en cualquier momento, y posiblemente deportados”, dijo en un comunicado Kica Matos, vocera del Movimiento para una Reforma Migratoria Justa.