El Papa ratificó que su viaje a Colombia depende del éxito del acuerdo de paz “que esté blindado, seguro y ya no se pueda dar marcha atrás”, pero reconoció que la decisión del pueblo “es soberana”.

En diálogo con periodistas a bordo del avión papal de regreso a Roma tras una visita apostólica a Georgia y Azerbaiyán, Francisco habló de las giras que tiene previstas para 2017, entre las cuales incluyó Portugal, India y Bangladesh.

Precisó que irá al santuario mariano de Fátima para las celebraciones de los 100 años de las apariciones de la Virgen y que tiene intención de visitar algún país de África, pero eso depende de la situación política y de las guerras.

“A Colombia: dije que si sale el proceso de paz, cuando todo esté blindado, si gana el plebiscito, cuando todo esté seguro y ya no se pueda dar marcha atrás, podría ir….

“Pero si es inestable, no. Todo depende de lo que diga el pueblo, que es soberano”, explicó.

“Las formas democráticas y la soberanía del pueblo deben ir juntas. Se ha vuelto costumbre en ciertos países que, después del segundo mandato, el que acaba trata de cambiar la constitución para obtener un tercer mandato. Esto significa sobrevalorar la democracia, contra la soberanía del pueblo”, añadió.

Hace unos días el presidente colombiano Juan Manuel Santos había anunciado públicamente la presencia del pontífice en el país sudamericano en el primer trimestre del año próximo, pero inmediatamente el portavoz vaticano Greg Burke aclaró que no existe tal viaje en la agenda papal, al menos por ahora.

En la conferencia, el pontífice reafirmó su deseo de visitar China, viaje que ningún Papa ha hecho, pero aclaró que se necesita tiempo para concretarlo, porque primero es necesario un buen entendimiento en las relaciones diplomáticas bilaterales, que por ahora se mantienen interrumpidas.

“Las cosas lentas salen bien, las que hacemos con prisas no salen bien. El pueblo chino tiene mi afecto. Me gustaría ir, pero todavía no creo”, añadió.

Sobre las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos insistió que “el pueblo es soberano” pero invitó a los fieles católicos a estudiar bien las propuestas de ambos candidatos, a rezar y elegir en conciencia.

Asimismo, sobre las turbulencias que persisten en el Cáucaso y el conflicto entre Azerbaiyán y Armenia, precisó que el único camino para la solución es el diálogo sincero, cara a cara y “sin acuerdos bajo la mesa”.

Estableció que si no es posible llegar a un acuerdo común se debe tener la valentía de acudir a un Tribunal Internacional, por ejemplo en La Haya, y someterse a un juicio porque no existe otra vía.

“La otra vía es la guerra. ¡Pero con la guerra se pierde todo! Los cristianos deben rezar para que los corazones tomen el camino del diálogo, de la negociación o de ir a un tribunal internacional”, insistió.

Ante la pregunta de un periodista sobre a quién elegiría como Premio Nobel de la Paz, el líder católico constató que “mucha gente vive para hacer la guerra, para vender armas y para matar”, pero mucha otra trabaja por la paz.

Reconoció que se trata de una elección difícil, pero pidió que exista un reconocimiento internacional sobre los niños, los inválidos, los menores de edad y los civiles muertos bajo las bombas de las guerras.

“¡Creo que eso es un pecado! Un pecado contra Jesucristo, porque la carne de estos niños, de esa gente enferma, de esos ancianos indefensos, es la carne de Jesucristo. La humanidad tendría que decir algo sobre las víctimas de las guerras”, sostuvo.

“Jesús dijo, sobre las personas que hacen la paz, que son bienaventurados. Pero debemos también decir algo sobre las víctimas de las guerras: ¡arrojan una bomba sobre un hospital y sobre una escuela y provocan muchas víctimas!”, apuntó.

lsm

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