Más Información
El Congreso español rechazó hoy la candidatura del líder conservador, Mariano Rajoy, en la primera votación de su investidura, por 170 votos a favor y 180 en contra, por lo que tendrá que someterse a una segunda, el sábado, de la que previsiblemente saldrá reelegido.
En la votación de hoy, Rajoy necesitaba mayoría absoluta de la Cámara (176 votos), para la del sábado solo necesita más síes que noes, y los socialistas confirmaron hoy que se abstendrán.
No lo hacen hoy porque, aseguran, quieren mostrar su rechazo a las políticas conservadoras y a los numerosos casos de corrupción que afecta al Partido Popular (PP), pero sí lo harán dentro de 48 horas para posibilitar la formación de Gobierno en España.
"La abstención le permitirá formar gobierno, pero no es un apoyo ni a su gobierno, ni a sus políticas. No van a contar con nuestro apoyo para llevar adelante su programa electoral", dijo hoy el portavoz del PSOE, Antonio Hernando, que en los últimos meses también fue el encargado de reiterar que los socialistas jamás permitirían un gobierno conservador.
PP y PSOE, que se turnan en el Gobierno desde hace tres décadas, han representado hasta ahora los dos polos de la política española, por lo que el apoyo de los socialistas, aún con reservas, ha generado fuertes disensiones en el seno del partido y entre sus votantes, y varios diputados han anunciado que se saltarán la disciplina de voto y votarán en contra.
Pese a la decena de votos díscolos anunciados, Rajoy saldrá previsiblemente elegido este sábado, poniendo fin a casi un año de parálisis política en España.
Las intervenciones de los partidos en el Congreso se ajustaron a este cambiante escenario, que hoy escenificó el rechazo al líder popular, pero que pasado mañana, será el de su reelección como presidente de Gobierno español, gracias al apoyo de unos partidos que le dan el poder para sacar al país del bloqueo político.
El portavoz socialista ha advertido que en su nuevo mandato tendrá que "consultar y pactar todo", pero no le va a "resultar fácil" porque para hacerlo "tendrá posiblemente que dejar de ser Rajoy", le ha espetado.
En esta misma línea, el líder de los liberales de Ciudadanos, Albert Rivera, que ha firmado un pacto para apoyar la investidura del líder conservador, subrayó que Rajoy no es el presidente que querían, pero que había que desbloquear la situación política.
Será responsabilidad de Rajoy si la legislatura "va bien o mal"; porque ha llegado el turno de que el Gobierno se adapte al Parlamento y no al revés, como ha sucedido en los últimos cuatro años, advirtió Rivera.
El líder de la coalición de izquierdas, Unidos Podemos, Pablo Iglesias, se ha alzado tras el cambio de rumbo socialista, como representante del voto progresista y ha espetado a los socialistas: "Están más cerca del PP que de nosotros".
Sus declaraciones han agitado el debate de hoy al defender la manifestación convocada este sábado ante el Congreso durante la segunda votación: "Hay más delincuentes potenciales en esta Cámara que allá afuera", lo que le ha valido una llamada de atención de la presidencia de la Cámara.
Estas y otras intervenciones, como de los dirigentes catalanes que han avisado de que el nuevo Gobierno tendrá que hacer frente a un referéndum unilateral de independencia de la región, han tenido delante a un Rajoy tranquilo, que se sabe vencedor y que ha asegurado que pondrá "todo" de su parte para ganarse "día a día" la gobernabilidad.
Como prueba de esta nueva actitud, ha anunciado que suspende unos controvertidos exámenes de acceso a la educación superior, uno de los puntos más controvertidos de la última ley de educación, que el miércoles llevó a la huelga a la comunidad educativa española de secundaria.
También anunció que no subirá los impuestos indirectos ni los que afectan a las rentas, durante esta legislatura.
Pese a este nuevo talante, y tras una legislatura aplicando el rodillo legislador de la mayoría absoluta, Rajoy advirtió que supondría "liquidar" las reformas económicas puesta en marcha por su Ejecutivo.
jlcg