Hillary Clinton y Michelle Obama aparecieron juntas desde detrás de una cortina negra, caminaron hasta el micrófono vestido con el mantra de la campaña de Clinton, "Más fuertes juntos", y se fundieron en un abrazo. Luego, se cubrieron de elogios, y le pidieron a la gente que ayudara a volcar a su favor un estado vital para los demócratas.
"En serio, ¿hay alguien más inspirador que Michelle Obama?", dijo Clinton, tras recordar todo lo que había hecho como Primera Dama en los últimos ocho años.
"No sé ustedes, pero yo estoy encendida", arengó Obama luego, tras agradecerle a Clinton su "generosidad de espíritu" por su larga trayectoria, que espera coronar, en menos de dos semanas, con la presidencia de Estados Unidos.
Clinton, una de las figuras políticas con peor imagen de Estados Unidos, compartió ayer el escenario por primera vez en la campaña presidencial con Michelle Obama, quien goza de una popularidad que es la envidia de Washington. Pocos han hecho campaña como Michelle Obama a favor de Clinton en las últimas semanas.
El lugar elegido fue Winston-Salem, una de las ciudades más grandes en Carolina del Norte, un estado crucial en la elección presidencial que Barack Obama ganó y perdió por muy poco en 2008 y 2012, respectivamente. Las encuestas muestran a Hillary Clinton adelante, pero por sólo dos puntos, según el promedio de encuestas de RealClearPolitics.
Clinton y Obama fueron recibidas por un estadio en el que no había una sola butaca vacía. Le pidieron a la gente que vote temprano y que se mueva para que otras personas voten. Y ambas, también, se preocuparon por dejar en claro que el legado de Barack Obama está en juego en esta elección presidencial, otro motivo por el cual Michelle Obama ha estado tan activa en la campaña. "No podemos permitir que eso pase", dijo Clinton.
La candidata presidencia, una oradora menos talentosa que la Primera Dama, habló primero. Clinton marcó su conexión con Michelle Obama al recordar sus años en la Casa Blanca cuando Bill Clinton era presidente y Chelsea una adolescente, y se enfrentó, dijo, al desafío de combinar las presiones de ser primera dama y madre. Fue un punto en común de sus discursos: ambas hablar como madres.
Obama dijo que Clinton era la candidata más experimentada de la historia. Repasó su carrera, dijo "Hillary no juega", y, sobre el final, remató con una línea que dice en cada acto de campaña: "Y sí, resulta que es mujer".
Michelle Obama reiteró dos líneas del discurso que brindó en la convención de los demócratas en Filadelfia, quizá, el discurso más elogiado de toda la campaña presidencial. Primero, dijo que la elección iba a definir el futuro de los hijos del país. Y repitió su frase más popular, que Clinton ha empezado a incluir en sus discursos y hasta utilizó en un debate: "Cuando caen bajo, vamos alto".
"Queremos un presidente que se tome el trabajo en serio y tenga el temperamento y la madurez para hacerlo bien", disparó Obama, en una crítica directa a Trump, a quien nunca nombró. "Ella está en campaña por nosotros -afirmó- y por eso me inspira."
Sobre el final, Michelle Obama le habló a los afroamericanos, una parte sustancial de la población del estado, cuya participación es vital para garantizar el triunfo de Clinton: les pidió que recordaran la lucha del movimiento de los derechos civiles para garantizar el derecho a votar. "Recuerden que hubo personas que marcharon y protestaron para que puedan votar", afirmó.
Sobre el final, volvió a su frase de cabecera. "¿Cómo vamos alto?", preguntó. "¡Votamos!", respondió. La gente, enloquecida, le regaló vítores y aplausos.
jlcg