Rusia calificó hoy de "inadmisible" la injerencia externa en los asuntos de Venezuela, el principal aliado del Kremlin en América Latina y su principal importador de armamento.
"En numerosas ocasiones hemos apoyado los esfuerzos de los antiguos dirigentes de una serie de países para estimular el diálogo entre los venezolanos", dijo Serguéi Riabkov, viceministro de Exteriores, a la prensa local.
El diplomático ruso considera que "ese es el camino a seguir (...) en el marco del orden constitucional, sin injerencia destructiva desde el exterior que es absolutamente inadmisible y sin intentos de imponer modelos que causan división en la sociedad".
"Seguimos la situación con inquietud, aunque debo decir que también con la seguridad de que los dirigentes y las fuerzas sensatas en Venezuela encontrarán las vías para salir de la actual crisis sin perjuicio de la estabilidad del país y dentro del marco constitucional", subrayó.
Riabkov subrayó que Rusia apoya tanto "a los dirigentes como al pueblo de Venezuela" y es "solidaria con ellos en este difícil momento".
Rusia ya acusó en el pasado a Estados Unidos de ejercer presiones políticas sobre Venezuela, advirtiendo de que la desestabilización de ese país sería una amenaza tanto para la democracia venezolana como para toda Latinoamérica
La Asamblea Nacional (Parlamento) venezolana, dominada por la oposición, aprobó el inicio de un proceso para determinar la responsabilidad política del presidente del país, Nicolás Maduro, y acordó citarlo a comparecer en la cámara el próximo 1 de noviembre.
En respuesta, el gobierno tachó de anticonstitucional la iniciativa y acusó a la oposición de golpe de Estado, tensión que coincidió con la gira de Maduro por Oriente Medio para estabilizar el mercado de petróleo.
Tras el fallecimiento del anterior presidente, Hugo Chávez, que mantenía una estrecha relación de amistad con el Kremlin, Rusia renovó la alianza estratégica con su sucesor, Maduro, quien se ha reunido en varias ocasiones con el líder ruso, Vladímir Putin.
jlcg