El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, tachó hoy de "matón" a Estados Unidos por las críticas a las violaciones de los derechos humanos supuestamente cometidas bajo su mandato, e insistió en que Manila seguirá "una política exterior independiente".
Duterte se pronunció así en un discurso ante la comunidad filipina en Japón, donde inicia hoy una visita oficial de tres días después de viajar la semana pasada a Pekín y anunciar sus planes de ruptura con Washington.
El líder filipino, cuyo primer acto oficial es una cena con el canciller nipón, Fumio Kishida, reafirmó su intención de emprender una política "independiente" en las áreas de Defensa y Exteriores, y volvió a cargar contra Estados Unidos.
Duterte señaló que las críticas de EU por la supuesta vulneración de derechos humanos en Filipinas reflejan la actitud de "auténtico matón" de Washington, y retó a quienes lanzan estas acusaciones a llevar el caso ante un tribunal internacional, en su intervención recogida por la agencia local Kyodo.
"Si tienen pruebas, vayan adelante e inicien un proceso. Me puedo pudrir en la cárcel por mi país si es necesario", afirmó Duterte, quien añadió que "nadie tiene derecho a reprenderle por proteger a futuras generaciones de filipinos".
EU, la UE y la ONU han criticado abiertamente las violaciones de los derechos humanos cometidas en la guerra contra las drogas que ha impulsado Duterte.
El Ejecutivo nipón recibe al mandatario filipino con cierta inquietud ante la posibilidad de que su giro en las relaciones con Estados Unidos genere inestabilidad en una región donde Tokio cuenta a Manila y Washington entre sus principales aliados.
Tras el acto con la comunidad filipina, la agenda de Duterte incluye una cena con el canciller nipón, quien tiene previsto destacar la importancia del imperio de la ley y de la cooperación internacional en el mar de China Meridional, así como reforzar los lazos bilaterales.
"Filipinas es un socio muy importante para nosotros en la región", afirmó en declaraciones a los medios antes del encuentro Kishida, quien también confió en "estrechar la cooperación" con Manila.
Tanto Kishida como el primer ministro nipón, Shinzo Abe, con quien Duterte se reunirá el miércoles, defenderán la importancia de la presencia militar estadounidense para mantener la estabilidad y la paz en la región Asia-Pacífico, señalaron fuentes gubernamentales a la agencia nipona Kyodo.
El líder conservador nipón también planea ofrecer a Duterte un programa de ayuda financiera para apoyar el desarrollo agrícola en la isla meridional de Mindanao, además de equipamiento para reforzar la flota filipina ante las disputas territoriales que mantiene con China y otros países vecinos.
Japón, el mayor socio comercial de Filipinas por delante de China y Estados Unidos, aspira así a consolidar sus relaciones con Manila tras la llegada al poder de su controvertido presidente, y ante la influencia creciente de China en la región.
Además de su reunión con Abe, Duterte tiene previsto participar el miércoles en un foro con empresas niponas, y reunirse el jueves con el emperador nipón Akihito antes de abandonar Japón.
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