Beirut/Estambul.— A pesar de la entrada en vigor de la “pausa humanitaria” decretada por Rusia y el régimen sirio para Aleppo, ayer se registraron enfrentamientos cerca de un corredor humanitario que impidieron que los civiles pudiesen abandonar las zonas controladas por los rebeldes.

Uno de los puntos de conflicto fue Bustan al Qasar, una zona que debía ser utilizada como corredor para permitir que los civiles y personas heridas huyeran del sector este de Aleppo y entraran en distritos gubernamentales.

El tiroteo en la zona, que dejó tres civiles heridos, fue confirmado por Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. Ambas partes se culparon del inicio de los enfrentamientos.

“Los soldados del régimen comenzaron a usar a sus francotiradores contra áreas en Bustan al Qasr y Salaheddin y nosotros respondimos al fuego”, dijo Yassir al Yussef, del grupo rebelde Nureddine al Zinki.

Por su parte, la agencia estatal de noticias siria SANA dijo que los rebeldes habían comenzado a atacar.

El alto el fuego unilateral de Rusia y el régimen sirio debía durar inicialmente 11 horas, hasta las 19:00 hora local de ayer, pero SANA, con base en declaraciones del comando del ejército sirio, dijo que los militares extenderían la tregua tres días más.

El asesor humanitario de la ONU, Jan Egeland, dijo que Rusia también acordó un cese el fuego en el este de Aleppo por tres días a partir del jueves, y está considerando un pedido de Naciones Unidas (ONU) para extenderlo un día más.

Durante las últimas semanas, Aleppo fue escenario de los bombardeos rusos y del régimen más intensos desde el inicio del conflicto en 2011. La ciudad está dividida y las fuerzas del presidente Bashar al-Assad mantienen asediado el este, controlado por los rebeldes. Allí se encuentran aisladas unas 250 mil personas que sufren escasez de comida, agua potable y medicinas.

Según Rusia, el objetivo de esta pausa es que los civiles y los rebeldes puedan abandonar el este de Aleppo. El Ministerio de Exteriores sirio aseguró que el ejército se retiró de los corredores habilitados para ello.

Sin embargo, los rebeldes se niegan a abandonar la zona y acusan a Rusia y el régimen sirio de querer hacerlos capitular. Para el desalojo de los civiles y la entrada de ayuda humanitaria se reclaman corredores vigilados por la ONU. “Sin la supervisión de la ONU nadie se irá”, dijo a dpa Ibrahim al Hajj, de la organización de rescate civil Cascos Blancos.

La ONU anunció que recibió garantías de todas las partes para evacuar a heridos y enfermos, algo que podrían empezar a hacer hoy mismo.

Ayer mismo, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, y el secretario estadounidense de Estado, John Kerry, disutieron por teléfono el alto el fuego. Lavrov exhortó a EU a cumplir su promesa de separar a la oposición “moderada” de los grupos terroristas en el lugar, indicó el Ministerio ruso.

Por su parte, los líderes de la Unión Europea (UE) dijeron que “se contemplan todas las opciones”, incluyendo sanciones a Rusia, si continúa sus ataques en Aleppo, aunque aclararon que aún no hay acuerdo al respecto.

“La UE debe mantener abiertas todas las opciones, incluyendo sanciones, si los crímenes continúan”, dijo el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, poco antes de comenzar en Bruselas una cumbre de los jefes de Estado y de gobierno de la UE.

En tanto, al menos 16 personas murieron la noche del miércoles y otras 40 resultaron heridas por los bombardeos de la aviación turca contra posiciones de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada kurdo árabe apoyada por Estados Unidos, en el norte de la provincia de Aleppo.

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