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La policía mató a tiros a un hombre joven en el sur de Los Ángeles al final de una persecución de tránsito, lo que dio pie a una protesta de decenas de personas frustradas con la muerte de otro hombre negro baleado por policías.
La persecución comenzó cuando los agentes vieron un auto que circulaba con placas de papel y, pensando que podría ser robado, intentaron darle el alto, indicó el sargento Barry Montgomery. El conductor no se detuvo.
Durante la persecución, el pasajero descendió del vehículo y corrió hacia la parte trasera de una casa, donde fue baleado. El conductor huyó y continuaba prófugo.
Montgomery dijo que se había recuperado un arma en el lugar, pero no aclaró de qué se trataba o qué ocasionó el tiroteo.
Decenas de personas acudieron al lugar tras los disparos. Cuando se extendieron las noticias sobre lo ocurrido, un grupo de varias docenas de personas bloqueó una intersección cerca de la vivienda el sábado por la noche. Algunas personas alzaron carteles con el lema "Las vidas de los negros importan", y otros gritaban a los agentes que se mantenían tras una cinta policial, con cascos antimotines.
Tia Gonzalez, de 36 años, dijo a Los Angeles Times (http://lat.ms/2dhp96Q ) que había acudido al lugar porque sabía que la comunidad "va a sufrir dolor". La mujer criticó los tiroteos policiales, afirmó que los agentes deben recibir una instrucción mejor para evitar que maten gente.
"Un agente de policía no debería ser el juez, el jurado y el verdugo", dijo.
La manifestación se suma a una serie de protestas desencadenadas por la muerte de varios hombres negros a manos de policías en todo el país. En la última semana, un hombre negro desarmado murió baleado por la policía en El Cajon, un suburbio de San Diego, lo que desató días de protestas indignadas y en ocasiones descontroladas. La muerte el viernes de un hombre negro armado con un cuchillo en Pasadena, California, por disparos de la policía, dio pie a dos protestas en su mayoría pacíficas.
Los familiares del hombre muerto en Los Ángeles lo identificaron como Carnell Snell Jr., de 18 años, y dijeron al Times que había muerto en la misma calle donde vivía.
La madre de Snell, Monique Morgan, acudió el sábado a la protesta. "Sólo estaba en mi casa, y recibimos una llamada de teléfono que dijo que la policía le había disparado cinco veces por la espalda", dijo.
La policía no reveló cuántos disparos recibió Snell o si estaba de espaldas.
Trenell Snell, de 17 años, dijo que estaba fuera con amigos cuando vio a su hermano mayor huyendo d ela policía. La joven dijo haber corrido también, y que se tiró al suelo cuando oyó disparos.
Cuando se levantó, añadió, su hermano estaba esposado en el suelo.
"Al final, los policías vinieron y dispararon a mi hermano", dijo. "Mataron a mi hermano".
La madre de Snell dijo a la prensa que había pedido a las autoridades ver el cadáver para confirmar si se trataba de su hijo, pero que no le habían permitido hacerlo.