Colombia, que hoy cumplió 34 días del cese definitivo de hostilidades bélicas entre las fuerzas armadas y la guerrilla comunista más vieja de América y en la tarde completará el sexto día tras la firma de la paz pactada por la insurgencia y el gobierno, comenzó a votar esta mañana a las 08:00 horas en un tercer episodio de su reconciliación en un plebiscito para que el pueblo colombiano decida si acepta o rechaza el acuerdo pacificador y se pone fin a una guerra que se prolonga por más de 52 años.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, votó a las 08:13 horas en una mesa en la Plaza de Bolívar, en una ciudad en la que llovió durante la madrugada y que despierta a una cita con la historia para acabar con la guerra o comenzar la paz. Luego de sufragar, Santos dijo en un mensaje desde esa plazoleta que es una “votación histórica” y que espera esta jornada “cambie la historia de Colombia para bien”.
“La paz nos va a llevar a un mejor futuro”, recalcó.
Por su parte, Juan Carlos Galindo, registrador nacional del estado civil y jerarca del aparato logístico estatal responsable del plebiscito, aseguró esta mañana las 07:56 horas (mismo tiempo de la Ciudad de México) que “podemos dar un parte de tranquilidad”, al informar sobre la situación de los comicios en todo el país. en un acto en la Plaza de Bolívar, en el corazón de Bogotá.
Galindo dijo que la situación está en calma, pese a que llueve en todo el territorio nacional y a que en algunas comunidades hubo dificultades con la entrega del material electoral.
Con lentitud y ante estrictas medidas de seguridad ejecutadas por más de 178 mil integrantes de la policía y más de 126 mil elementos de las fuerzas armadas, los colombianos empezaron a acceder a los centros de votación en todo el país, en una consulta popular que se prolongará al menos hasta las 16:00 horas y cuyos resultados oficiales se prevé que empezarán a conocerse poco después de las 17:00, en medio de una profunda expectación nacional. El huso horario es el mismo de la Ciudad de México.
Los colombianos responden en las urnas sí a o no—o votan en blanco o anulan su voto—a una pregunta para poner fin a un conflicto bélico que estalló en 1964: “¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?”.
Para que el “Acuerdo Final para la Construcción de una Paz Estable y Duradera”, firmado el lunes en la caribeña ciudad de Cartagena de Indias, sea aprobado y el resultado de la votación sea vinculante para su avance constitucional y legal, se requiere que los votos por el sí superen el mínimo del 13% del censo electoral, con al menos 4 millones 536 mil 992, y sobrepasen la cantidad de sufragios que obtenga el no. Así lo informó la estatal Registraduría Nacional del Estado Civil.
Un triunfo del sí llevará a la guerrilla, que tiene entre 7 mil y 8 mil insurgentes, a iniciar de inmediato un proceso de desarme, desmovilización y reinserción social, en una ruta reforzada paralelamente con la emisión de un conjunto de leyes, como una amnistía, y con diversos mecanismos políticos, judiciales, económicos y financieros y con verificación internacional de las organizaciones de Naciones Unidas y de Estados Americanos. Pero si la victoria es del no, los rebeldes seguirán alzados en armas y el proceso de paz se detendrá.
El padrón electoral es de 34 millones 899 mil 945 colombianos, con un total de 18 millones 47 mil 321 mujeres y de 16 millones 852 mil 624 de hombres, según la Registraduría. El Consejo Nacional Electoral es la estructura estatal a cargo del control legal de la consulta.
La elección se efectúa en 81 mil 925 mesas, con 80 mil 553 en Colombia y mil 372 en el exterior, y en 11 mil 34 centros de votación, con 10 mil 831 en territorio nacional y 203 en el extranjero. Colombia tiene 48 millones 890 mil 854 habitantes, según datos oficiales.
El acuerdo de paz, negociado de noviembre de 2012 a agosto de 2016 en Cuba por el gobierno de Santos y las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), fue rubricado el lunes anterior a las 17:30 horas por Santos y por el colombiano Rodrigo Londoño Echeverri, comandante en jefe de la guerrilla y alias “Timochenko” o “Timoleón Jiménez”.
Ese hecho le siguió a un primer paso que se concretó el 29 de agosto anterior, con la entrada en vigor de un cese definitivo de hostilidades entre el gobierno y las FARC.
El tratado se basa en un panorama general de factores, como desarrollo agrario, participación política de insurgentes, fin del conflicto, narcotráfico, resarcimiento de víctimas y ejecución, con cronogramas de amnistía y otros factores judiciales y socioeconómicos.