Conocimiento detrás del Rincón del Vago

Madrid.— El sitio web El Rincón del Vago nació en 1998, de la frustración de unos universitarios de Salamanca (España) que no lograban encontrar en internet un trabajo de religión que necesitaban para aprobar una asignatura. Desde entonces se ha convertido en una de las principales páginas en castellano, por cantidad de tráfico. Sorpresas de la globalización y la explosión de internet, México, con 65% de los usuarios, es el país que más la consulta.

“En los últimos 10 años, por la cantidad de población y de estudiantes que tiene, México no sólo es el que más nos consulta, sino el que más contribuye subiendo materiales académicos”, explica en entrevista telefónica Ángel Benito, gestor de la página.

Más de 120 mil resúmenes, comentarios de texto y recopilaciones de apuntes han llegado a El Rincón de la mano de estudiantes y profesores de todo el mundo hispanohablante que querían compartir sus conocimientos de modo altruista.

“Dejamos de ser una página mal vista para convertirnos en un gran repositorio documental”, cuenta Benito, “y ya se nos considera un referente en la relación entre tecnología y educación”.

Un pequeño grupo de editores recibe los apuntes de cualquier tema, revisa que no haya material inadecuado y los publica, aunque sin valorar su calidad. “No podemos comprobar todo porque es un volumen enorme. Por eso hay que usar ese material con la cabeza. Es verdad que hay gente que lo hace de la forma en que recomendamos no hacerlo, copiando y pegando lo que alojamos sin reelaborar o aprender de ello, pero eso también se hace con Wikipedia y Google, y no por eso se sataniza a esos servicios”, explica Benito.

Él comenzó en El Rincón como asesor jurídico, que ha ido siendo comprado por varias compañías hasta terminar en manos de Orange. Actualmente, la página vive de la publicidad y tiene dos personas contratadas en México dentro del portal Starmedia.com.

Benito asegura que gran parte de su éxito se debe al nombre, muy fácil de retener y con un punto autoparódico, aunque la misma denominación de “vagos” también ha herido su prestigio. “Tenemos un millón de visitantes diarios. Después de los universitarios, los que más nos consultan son personas de entre 55 y 65 años que encuentran nuestros materiales a través de buscadores. Somos una gran fuente documental sobre muchos temas. En sitios donde los libros son caros o escasos, hemos ayudado a estudiar a personas que, de lo contrario, no podrían hacerlo”, explica.

Una anécdota retrata la consolidación del proyecto. “Fue un niño de nueve años que hace poco nos escribió desde Baja California diciendo que su madre le había recomendado que consultase nuestra página como herramienta en sus tareas de matemáticas. Ella nos había conocido cuando era estudiante y sabía que aportábamos”, relata Benito.

Sobre los peligros del vago real hay otra historia: “Un médico de Ciudad de México nos escribió la noche antes de una operación, creo que una laparoscopia, pidiendo más información. Le dijimos que no sabíamos, que eso lo había subido un estudiante de medicina”.