Vientiane, Laos.— El presidente filipino, Rodrigo Duterte, lamentó ayer su salida de tono y el insulto a su homólogo estadounidense, Barack Obama, el cual provocó la cancelación de un encuentro bilateral en Laos, donde se inauguró la cumbre de la Asociación de Estados del Sureste Asiático (Asean).

“Si la causa inmediata [de la cancelación] fueron mis fuertes comentarios a ciertas preguntas de prensa que provocaron preocupación y molestia, lamentamos que se entendiera como un ataque personal al presidente estadounidense”, dijo en un comunicado.

Duterte dijo que espera reunirse con Obama en otra ocasión “para limar diferencias sobre prioridades y percepciones nacionales y para trabajar de forma responsable para los dos países”.

Sin embargo, las probabilidades de un nuevo encuentro son casi nulas, pues éste es el último viaje de Obama a Asia antes de que deje la Casa Blanca en enero y es poco probable una invitación de Washington a Duterte.

El mandatario filipino destacó que continúa valorando la duradera alianza de su país con Estados Unidos, que ha apoyado a Filipinas en su disputa territorial con China en el mar de la China Meridional. Inicialmente estaba previsto un encuentro bilateral de los dos líderes ayer por la tarde, al margen de la cumbre de la Asean en Vientiane, donde Duterte debuta como presidente, pero Obama canceló la cita después de que el filipino le advirtiera junto con otros líderes que no cuestionara su campaña antidrogas, que ha dejado cientos de muertos.

“Hijo de puta, voy a insultarte en ese foro”, dijo Duterte cuando la prensa le preguntó cómo respondería a las preguntas sobre su sangrienta campaña.

“Claramente es un tipo peculiar”, dijo Obama a la prensa al enterarse de las declaraciones. El mandatario estadounidense reconoció el problema del tráfico de drogas en Filipinas y otros países del mundo, pero defendió la necesidad de combatirlo conforme a las leyes internacionales.

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