Más Información
Revés al INE, juez niega retirar suspensión definitiva a reforma judicial; da 48 horas para acatar sentencia
Muere un elemento de la Guardia Nacional en accidente carretero en Culiacán, Sinaloa; hay otro herido más
Andrés Clara Rosas, el marino más antiguo del Buque Escuela “Cuauhtémoc”; acumula 24 travesías en 9 países
Exhorta PRI al gobierno redoblar esfuerzos para evitar exclusión del T-MEC; podría traer graves riesgos a la economía nacional
Posibles deportaciones masivas requieren acciones inmediatas: PRI; reducción de presupuesto del INM agrava situación
En una jornada marcada por la escasa asistencia, unos cuantos cientos de venezolanos marchan en los 23 estados del país, unos para exigir celeridad en el proceso para convocar a un referéndum revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro y otros, en apoyo al mandatario socialista.
Los exiguos números distaban de la masiva "toma de Caracas", una protesta que inundó la semana pasada las calles de la capital y con la que la oposición buscó presionar al árbitro electoral para que dé una fecha para la consulta revocatoria.
La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) convocó a sus huestes a marchar a las sedes regionales del Consejo Nacional Electoral (CNE), acusándolo de dilatar el plebiscito ya que, si se realiza después del 10 de enero de 2017 y termina con la salida de Maduro, no se celebrarían nuevas elecciones y sería su vicepresidente el encargado de culminar el mandato hasta 2019.
El CNE ha dicho, sin embargo, que la recolección de firmas necesarias para convocar al revocatorio se daría a fines de octubre, lo que aleja la posibilidad de que la consulta se realice este año porque organizar el referéndum tomaría al menos tres meses.
"Lo que queremos es que el Gobierno y el CNE vean que la gente quiere un cambio ya", dijo Marcos Rodríguez, un operario de 30 años de edad, en la ciudad del Coro, ubicada en la costa occidental del país. "Esta es la forma de presionar, de forma pacífica que hemos visto que ha ido funcionando".
La jornada de protestas se realizaba en calma, aunque en Coro, unos cuantos opositores se enfrentaron con piedras y botellas a otros chavistas hasta que la Guardia Nacional los dispersó lanzando bombas lacrimógenas.
Los adversarios de Maduro, un ex chofer de autobús de 53 años, buscan acortar su mandato que culmina a principios del 2019 por considerarlo el principal responsable de la crisis que sufre el país, que está lidiando con la inflación más alta del mundo, recesión económica y escasez de alimentos y medicinas.
Sin embargo, Maduro, quien llegó a la presidencia en el 2013 tras la muerte de su antecesor Hugo Chávez, asegura que la crisis ha sido inducida por la oposición, que lleva a cabo una "guerra económica" con el fin de desbancarlo.
"Estamos en pie de paz, en pie de amor, generando una Venezuela trabajadora, un país socialista de la mano del presidente Nicolás Maduro", dijo María Morales en Los Teques, una localidad a dos horas de Caracas, donde partidos que apoyan al gobierno y la oposición movilizaban a sus seguidores.
"Aquí vamos a estar seis horas o toda la vida, pero los chavistas vamos a consagrar la paz y la suprema felicidad", agregó en referencia a las horas que duraría la protesta opositora en las sedes regionales del árbitro electoral.
En los últimos días, el gobierno ha arreciado la represión contra algunos opositores, y hasta retuvo brevemente a un grupo por hacer sonar sus cacerolas contra el presidente Maduro.
jlcg