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El padre de Aylan Kurdi, el niño sirio que murió ahogado hace un año en una playa de Turquía y cuya fotografía tuvo un impacto mundial, dijo en una entrevista publicada hoy por el diario español "El Mundo" que la imagen "no ha servido para nada".
"Cambió algo las cosas durante los dos primeros meses que sucedieron a la su muerte pero después, nada. Los países europeos cerraron sus puertas en las narices de los refugiados que esperaban su auxilio", lamentó el hombre de origen sirio.
Abdalá Kurdi no solo perdió a su hijo Aylan, de tres años, cuando se hundió la embarcación en la que su familia trataba de alcanzar la isla griega de Kos, sino también a su esposa y a otro hijo de cinco años.
"Vivo sumido en una tristeza que no tiene fin. A diario recuerdo a mi familia y revivo el desastre", aseguró al rotativo español.
El viernes se cumplió un año de la muerte de Aylan. Su fotografía, que conmocionó al mundo en medio de la crisis humanitaria por la huida de miles de sirios de su país a consecuencia de la guerra, mostraba el cuerpo del pequeño sin vida en la orilla del mar.
Un año después de la fotografía del "nunca más", las cosas han empeorado para los miles de inmigrantes que llegan cada día a las costas europeas en busca de una vida mejor, alejados de la violencia en sus países.
Al menos 423 niños han muerto en el peligroso viaje a través del Mediterráneo, muchos más que antes de que se viralizara la imagen del cuerpo del pequeño Aylan de 3 años tirado en la playa de Bodrum (Turquía), que se convirtió en el símbolo de la tragedia.
La cantidad de niños muertos no ha aumentado sólo por el enorme número de inmigrantes -que sí ha disminuido con respecto a 2015 -, sino porque todas las medidas europeas han ido destinadas a cerrar el grifo de refugiados, pero no a garantizar un paso seguro para evitar más muertes. Por ejemplo, la construcción del muro del Presidente Viktor Orban en Hungría, el cierre paulatino de la ruta de los Balcanes, o el despliegue de barcos de guerra de la OTAN en el Egeo en febrero de este año. A esto se suma el acuerdo entre Bruselas y Ankara para la deportación de refugiados y el cierre de campos de refugiados como el de Idomeni, en la frontera entre Grecia y Macedonia.
De acuerdo con la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), dependiente de Naciones Unidas, entre enero y agosto de 2015 -el periodo de 8 meses anterior a la muerte de Aylan Kurdi- dos mil 656 personas fallecieron intentando cruzar el Mediterráneo, una cifra superior al mismo periodo de 2014, cuando se contabilizaron dos mil 223 migrantes muertos.
Mientras que entre enero y el 18 de agosto de 2016, esa cifra fue de tres mil 156 personas.
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