Madrid.— Mariano Rajoy perdió ayer su segunda votación para ser presidente de España. De nuevo, 180 diputados se posicionaron en su contra y lo apoyaron sólo los 170 del Partido Popular, Ciudadanos y Coalición Canaria. El rechazo abre el camino a unas terceras elecciones en diciembre.

Rajoy, jefe del gobierno en funciones, había perdido una primera votación el miércoles y ayer no consiguió convencer a ningún diputado más. Pedro Sánchez, el líder del Partido Socialista (PSOE), la formación que podía darle la llave del gobierno con una abstención, reiteró su “no” definitivo e hizo una ambigua llamada a las “fuerzas del cambio” para solucionar el “atasco político”.

Sánchez no quiso aclarar si eso lo compromete a él a intentar la formación de un gobierno sumando los apoyos de Podemos o Ciudadanos. Pero a los dos partidos se dirigió: “Los grupos que representamos las fuerzas del cambio tenemos la responsabilidad de ofrecer una solución a este país”, dijo. Hasta ahora el PSOE había calificado de “imposible” una alternativa a Rajoy. Podemos (izquierda) y Ciudadanos (derecha) se vetan mutuamente, y la otra opción aritmética implicaría que el PSOE sumara a Podemos el apoyo de los partidos nacionalistas, lo que precipitaría a los socialistas a una guerra interna.

Rajoy no quiso ni siquiera utilizar el turno de réplica que le concedía el reglamento tras recibir ataques de todos los partidos. Antes de la intervención de Sánchez, sólo repitió que si éste quería evitar unas terceras elecciones, no tenía más alternativa que apoyarlo a él, “porque no existe otra, salvo la poco deseable opción de un frente heterogéneo, extremista y contradictorio”, dijo en referencia a un gobierno de las izquierdas y los nacionalistas.

Albert Rivera, líder de Ciudadanos, pidió al PSOE y al PP que reflexionen por qué sus dos investiduras han fracasado: primero lo hizo Sánchez en marzo y ahora Rajoy, las dos veces con el apoyo de Ciudadanos, que se consagra como partido bisagra. A pesar de ofrecerle el apoyo de sus diputados en la votación de ayer para sacar al país del bloqueo político, Rivera se presentó como un aliado muy crítico con el PP. Dejó entender que no volverá a apoyarlo si la próxima vez no presenta “una alternativa viable”, esto es: otro candidato a la presidencia en lugar de Rajoy. Esa opción no está sobre la mesa, como le replicó el PP.

El gobierno seguirá en funciones por un máximo de dos meses, con competencias limitadas a casos de extrema necesidad. Las negociaciones entre partidos se retomarán probablemente tras el 25 de septiembre, cuando hay elecciones regionales en Galicia y el País Vasco. Rajoy espera que esos comicios ablanden la negativa de los nacionalistas vascos (PNV) o del propio PSOE. Sin embargo, el portavoz del PNV ya dijo anoche que no cambiará su voto negativo.

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