La madre de un adolescente acusado de matar a su padre y de herir a dos alumnos y una maestra en una escuela de South Carolina declaró que la familia está "atónita y acongojada" por el suceso.
Tiffney Osborne expresó que "no podemos expresar la desolación que sentimos ante la pérdida de nuestro amado Jeff", según una declaración entregada a los medios por el padre James South.
Las autoridades afirman que el suceso empezó el miércoles a la tarde cuando el joven mató a su padre, Jeffrey Osborne, en su casa antes de dirigirse a la escuela.
No han sido divulgados el nombre ni la edad del adolescente. South dijo que Tiffney Osborne se enteró del suceso mediante la prensa. El jefe policial John Skipper había informado poco antes que ella estaba en su lugar de trabajo en el momento del incidente.
Un bombero derribó al agresor enfrente de la escuela, Townville Elementary School, antes de que pudiera entrar al edificio.
El bombero, Jamie Brock, quien lleva 30 años trabajando para el departamento, no quiere llamar la atención.
"Quiere seguir humilde y discreto sobre ello", porque cree "que no hizo nada que no hubiera hecho cualquier otro de los bomberos voluntarios", dijo Scott Stoller, del servicio de emergencias del condado.
Sin embargo, afirmó Stoller, "Brock es desde luego un héroe".
La maestra herida en el incidente, Meghan Hollingsworth, también se negó a hablar ante la prensa.
"No estamos interesados en dar entrevistas ni en responder preguntas de ningún tipo", dice un cartel colocado en la puerta de su casa. "Les rogamos que respeten nuestra privacidad" añade el mensaje, al tiempo que expresa aprecio por quienes se han inquietado por su estado de salud.
La teniente policial Sheila Cole dijo que detectives y expertos forenses regresarán a la escuela el jueves para continuar la investigación.
El adolescente, llorando y enojado, llamó al teléfono celular de su abuela a la 1:44 de la tarde, dijo Greg Shore, forense del condado Anderson. Los abuelos no podían entender qué estaba pasando, así que acudieron a su casa, que se encuentra a sólo 91 metros de distancia. Cuando llegaron hallaron a Osborne, de 47 años, baleado y se percataron de que su nieto no estaba allí.
En torno a un minuto después, el 911 recibió una llamada de una profesora en la escuela de la población rural, que se encuentra unas 177 km al nordeste de Atlanta.
El agresor llegó en camioneta al estacionamiento de la escuela e inmediatamente comenzó a disparar al salir del vehículo y desplazarse hacia las instalaciones, dijo Skipper. El jefe de policía desconocía a nombre de quién estaba registrada la camioneta y declinó decir cuántos disparos hizo el joven.
Uno de los alumnos recibió un balazo en una pierna y el otro en un pie, dijo el capitán Garland Major, de la policía del condado Anderson. La maestra fue herida en un hombro.
"Estamos desolados por este acto de violencia sin sentido", dijo Joanne Avery, supervisora del 4to distrito escolar del condado Anderson. La funcionaria canceló las clases el resto de la semana.
Imágenes de televisión mostraron a agentes llenando la escuela tras conocerse que había un tirador en activo. Algunos subieron al tejado mientras otros recorrían el edificio. Los alumnos fueron evacuados en autobuses a una iglesia cercana escoltados por policías.
Las autoridades dijeron no conocer aún el motivo del tiroteo y señalaron que no estaban seguros de si los alumnos y la profesora eran objetivos deliberados. El joven recibía clases privadas en su casa, indicó el jefe de policía.
"No hay un contexto racial aquí. No hay terrorismo implicado", dijo Major. "Estamos seguros de que tenemos al único tirador y nadie más está implicado".
Uno de los estudiantes y la maestra fueron dados de alta del hospital el miércoles por la noche, dijo Juana Slade, portavoz de AnMed Health. Sandy Dees, portavoz del Sistema de Salud de la ciudad de Greenville, dijo que el otro alumno, Jacob Hall, seguía en estado crítico.
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