Townville, Carolina del Sur.— Un adolescente mató ayer a su padre en su casa para luego dirigirse a una escuela primaria cercana, donde hirió de bala a dos estudiantes y una maestra, informaron las autoridades.
El joven fue aprehendido en cuestión de minutos tras los disparos registrados en la escuela en este poblado rural ubicado a unos 177 kilómetros (110 millas) al noreste de Atlanta. Uno de los alumnos recibió un balazo en una pierna y el otro en un pie, dijo el capitán Garland Major, de la policía del condado Anderson.
Los dos alumnos son varones. La maestra fue herida en un hombro.
Antes de efectuar los disparos en la primaria Townville alrededor de la 13:45, el adolescente mató a balazos a su padre de 47 años, Jeffrey Osborne, en su casa a unos 3 kilómetros de la escuela, indicaron las autoridades.
“Estamos desolados por este acto de violencia sin sentido”, dijo Joanne Avery, supervisora del 4to distrito escolar del condado Anderson. La funcionaria canceló las clases el resto de la semana.
Las autoridades no dieron una explicación sobre el móvil del ataque. Dijeron desconocer si el agresor iba tras los dos estudiantes y la maestra.
“No existe relación conocida entre el sospechoso y las víctimas”, señaló la oficina del alguacil en un comunicado citado por el portal The Huffing-
ton Post. Los investigadores aclararon que no consideran el tiroteo un acto de terror y que el adolescente detenido es el único sospechoso. El comunicado del alguacil también señaló que tanto el agresor como las víctimas —una de las cuales permanecía hospitalizada anoche— eran anglosajones, por lo que el ataque no parece tener “tintes raciales”.
“Esta es una zona rural”, dijo Brandi Pierce, madre de un alumno de sexto grado, a The Associated Press al tiempo que rompía en llanto. “Este tipo de cosas no pasan en áreas rurales. Simplemente no existen aquí”.
Los incidentes con armas son frecuentes en Estados Unidos, pero no en escuelas primarias. En diciembre de 2012 tuvo lugar un trágico tiroteo en la primaria de Sandy Hook en Newtown, Connecticut, que dejó 20 niños muertos entre los 26 fallecidos.
Unos 300 menores frecuentan la Townville Elementary School, en edades que se extienden desde el jardín de infancia hasta sexto grado.